En los últimos cinco años se han creado 570.000 empresas en España, de las que 25.452 eran start-ups y, de ellas, permanecen activas 23.383. Esta cifra representa un 3% más que en 2021, según el Estudio sobre las empresas start-up en España publicado por Informa D&B, y su esperanza de vida es mayor. Casi el 96% de estos negocios emergentes son microempresas, algo más del 2,5% pequeñas, y las medianas y las grandes no alcanzan el 1%. En el informe se expone que las start-ups no solo acreditan más supervivencia que el resto de negocios, sino que también muestran una menor probabilidad de cierre. Un 74% reconoce un riesgo medio o bajo de clausura en el próximo año. Sin embargo, la falta de planificación o el nulo control de sus finanzas siguen siendo dos problemas fundamentales de las firmas emergentes.
Falta de control de las empresas
Según un estudio sobre Bienestar Financiero realizado por SumUp, el 52% de los emprendedores revista el saldo de su cuenta bancaria por lo menos una vez al día y un 24% reconoce no tener control sobre sus finanzas. "Hicimos el estudio, nos informamos y vimos que había un descontrol dentro de las empresas, sobre todo en las pequeñas", recuerda Carlos Pérez, cofundador de Banktrack, a este medio. De hecho, señala que uno de los errores más habituales de los emprendedores es "mezclar las finanzas personales con las de la empresa, siendo los autónomos los que más cometen este error", ya que no están obligados por ley a tener una cuenta corriente diferente para su actividad profesional.
El mismo informe detalla que el 47% de los fracasos de start-ups en 2022 se debieron a la falta de financiación, mientras que el 44% de ellas lo hicieron por una falta de control de liquidez. "Les da pereza llevar las finanzas, su registro y el control, por este motivo fracasan", matiza Pérez, que recuerda que en su caso mandan las finanzas a través de WhatsApp o Telegram, como si fuese una newsletter. ¿Los sectores más afectados? "Las empresas que sufren un mayor dolor son aquellas que tienen muchos movimientos como un e-commerce y las que disponen de muchos bancos, eso es un descontrol", critica.
Además, indica que unos costes fijos demasiado elevados, no calibrar bien la solvencia de los clientes y no saber diferenciar entre las finanzas personales y las del negocio son otros de los hechos que hacen que una start-up acabe fallando.
"La gente joven es arrogante y no se deja aconsejar"
Francesc Rufas, profesor de la EAE y asesor de empresas, apunta a que el motivo por el cual fracasan las start-ups es por la falta de conocimiento en el ámbito financiero. "Una parte muy importante de la población tiene conocimiento del ámbito técnico y le restan importancia a otros factores como la incorrecta planificación de los presupuestos y los elementos de tesorería", explica. En este sentido, el experto aporta otros argumentos sobre el motivo por el cual fracasan las firmas emergentes:
- Mala valoración: los emprendedores consideran que si un negocio funciona en Estados Unidos o en otro país, también funcionará en España, y no es así. "No hacen el esfuerzo de analizar y valorar el mercado, no hacen una valoración real y eso es un gran error".
- Plan de negocio mal estructurado: un emprendedor solo ve lo positivo del negocio, le cuesta ver las partes negativas. Hay que fijarse en los fallos y establecer puntos de mejora.
- Desconocimiento o sobrevaloración del producto. "Los emprendedores piensan que si les gusta a ellos les gustará a todo el mundo, pero evidentemente no es así".
- Previsiones mal hechas y falta de visión: "el joven es arrogante y no se deja aconsejar. Se cree muy listo, pero no tienen ni idea de negocios". "A esto se le juntan otros factores como prever rondas de inversión en fases más avanzadas sin haber superado la fase 1 o en observar que las previsiones están sobredimensionadas".
- Elegir bien el segmento de mercado: "No puedes hacer lo que más ilusión te haga, sino en el que hay un mayor nivel de oportunidad", recuerda el experto. "Hay que medir y no enfocarte en los micronichos sin analizar el mercado y el sector antes".
Sobredimensionar el proyecto
Finalmente, Marta Carrió, Directora General de Netmentora Catalunya, apunta que "la línea entre el éxito y el fracaso cuando emprendes un negocio es muy fina y muchas veces depende de las pequeñas decisiones que tomes durante esos primeros años de vida. Son muchos los retos a los que un emprendedor se va a enfrentar. El primero y más importante es encontrar esa necesidad en el mercado y que la solución lanzada se adapte realmente a las necesidades de los clientes". "Por otro lado, evidentemente la financiación es uno de los grandes obstáculos con los que se topa un emprendedor en el proceso de lanzar su proyecto. Y no únicamente se trata del momento de recaudar capital, sino que el verdadero reto muchas veces es continuar administrando y haciendo crecer el negocio al mismo tiempo que estás tratando de recaudar fondos. Hacer un parón hasta encontrar capital no suele ser una buena idea, pues los inversores no se sienten atraídos por un proyecto que no puede demostrar un progreso tangible", apunta Carrió.
En este sentido, la directora de Netmentora Catalunya añade que "la sobredimensión del proyecto suele ser uno de los errores más habituales del emprendedor". Contratar a demasiadas personas demasiado rápido muchas veces conduce a la necesidad de despedir rápido también. "Hay que ser realista con las contrataciones y la dimensión del proyecto para construir una cultura empresarial saludable", acaba.