El primer trimestre de este 2022 arrancó con 1.311 millones de euros invertidos en start-ups. Solo el mes de enero se lograron recaudar 710 millones de euros. Todo apuntaba a que el año iba viento en popa a nivel financiación, al igual que el 2021 y el anterior, pero los accionistas, fondos de inversión y business angels empezaron a sacar la tijera poco después del inicio de año. El 2021 se lograron recaudar 4.200 millones de euros y este año se han superado los 3.300 millones, pero el cierre de este 2022 no será como el anterior. ¿Por qué? Desde las big tech hasta las start-ups más pequeñas, todas responden al unísono que este año la sequía financiera se ha apoderado del día a día. La situación macroeconómica y geopolítica adversa han propiciado este escenario.
Durante el segundo trimestre del año se cerraron más de 120 operaciones con un valor aproximado de 729 millones de euros y la inversión en el tercer trimestre de este 2022 en España cayó hasta los 600 millones de euros, frente a los más de 900 millones alcanzados en el mismo periodo de 2021 en el país. Entre los meses de octubre y diciembre se han levantado 717 millones de euros, con el mes de octubre como protagonista con 448 millones de euros recaudados. Sin embargo, sin haberse cerrado la recaudación total de diciembre, solamente se han levantado 76 millones de euros.
"Ya no hay dinero para mediocres"
Con todo, durante la primera mitad de este 2022 se invirtió más que en 2020, 2019 o 2018, después de que el año pasado se invirtieran 4.200 millones de euros, prácticamente cuatro veces más que el volumen del año anterior y récord desde que se recopilan estos datos. Según Helena Torras, Managing Partner de PaoCapital, vehículo de inversión que se focaliza en proyectos tecnológicos, "hay una pequeña reticencia a la hora de invertir por la incertidumbre de qué pasará el año que viene" e indica que "se está notando la bajada de valoraciones". En este sentido, la empresaria explica que "los tickets cada vez son más pequeños y esto hace que baje la valoración". ¿Para el año que viene? "El 2023 pinta mucho peor; el año que viene será duro".
Sin embargo, Torras hace hincapié en que hay un porcentaje pequeño de empresas emergentes que sobresalen y que estas sí van a recibir financiación. "Les va a costar más, los inversores se van a tomar más tiempo a la hora de decidir y quizás en lugar de 10 millones te dan ocho, pero los negocios buenos van a seguir encontrando dinero", señala. De hecho, aclara que "se ha acabado el PowerPoint y los documentos con cuatro gráficos" y que "ya no hay dinero para los mediocres".
En esta línea habla Marcos Canas, fundador de Paloseco, la marca española de ginebra pensada para tomarse sin ser mezclada. El empresario responde que "el tiempo de decisión de los inversores es más largo de lo normal" y añade que "ahora muchos inversores esperarán a ver cómo empieza el año". ¿Y cuándo acabará este periodo? "La inflación, la guerra de Ucrania, la subida de tipos... tenemos muchos factores externos y la esperanza es que no el año que viene, pero sí en 2024 se normalice todo", ambiciona Torras, que menciona que "la innovación necesita financiación".
El director de la aceleradora de negocios AticcoLab, Quino Fernández, recuerda que "dinero hay, existe" y que cada vez más fondos de inversión americanos se están fijando en los negocios españoles. "El dinero está, quizás son más reticentes que antes, pero dinero hay y los inversores tienen ganes de invertir. El que es bueno, es bueno, y esto los inversores lo saben". Le sigue Torras, que expresa que "en España contamos con muchos fondos y mucho capital" y manifiesta que "cada vez somos más atractivos para el inversor extranjero". "No puedes tener un invierno indefinido, hay que volver a invertir y apostar por las start-ups buenas del país", afirma la inversora.
Entonces, si hay dinero y start-ups, ¿dónde está el problema? "Se ha acabado el dinero fácil, la lluvia de millones y el financiar proyectos que no son sostenibles. Al final, nosotros lo que pedimos es que el negocio sea sostenible, no rentabilidad. Les pido que sean capaces de generar, que si hay un momento de crisis se pueda cortar y cubrir costes", declara Torras. "No quiero rentabilidad porque quiero que reinviertan todo para seguir creciendo".
"El mercado de inversión en España cada vez es más maduro"
Sobre el talento en España, Jordi Romero, fundador de Factorial, argumenta que hay mucho, pero el problema es que no habla inglés. "Nosotros, por ejemplo, estamos en un montón de mercados, necesitamos talento y en el ámbito local tenemos mucho, es espectacular, pero nos falta ambición y dominar más y mejor el inglés", advierte. Le da la razón Canas, que apunta que "cada vez el mercado es más maduro, que en España tenemos mucho talento y muchos proyectos interesantes".
¿Qué le faltaría a España para alcanzar esta madurez? "Nos falta credibilidad, que los inversores crean en nosotros", declaran tanto Canas como Torras, pero añaden que "el potencial de crecer y tener éxito en el país versus el coste de hacerlo en España hace que seamos todavía más atractivos para las big tech de fuera".
"Los unicornios son una moda"
La scale-up Factorial no comparte datos de facturación, pero el emprendedor indica que "tenemos claro cómo alcanzar la rentabilidad". Desde la scale-up no tienen una fecha exacta para el break even —punto de rentabilidad—, pero se van ajustando a un crecimiento e ingresos en función de las prioridades del negocio, lo que sería una empresa sostenible. "Tenemos una palanca para revalorizar el crecimiento y el hecho de generar caja, por eso pudimos levantar la última ronda valorada en 121 millones de euros, para tener el capital para poder crecer al máximo. En caso contrario habríamos podido activar la palanca y ponernos en rentabilidad. Como podemos demostrar eso con un plan de negocio, tenemos inversores que confinan en nosotros", asegura. "Esa es la clave", acaba Torras, "yo pido que el negocio sea sostenible, no rentable".
¿Ser unicornio es el objetivo? "Al final estamos en una pirámide. La base está llena de start-ups que están empezando y a medida que van avanzando hay menos. Los unicornios son una moda, lo importante es hacer empresas que crezcan mucho, que facturen todavía más, que cuenten con una plantilla muy amplia y que sean sostenibles. Da igual si vale 800 millones o mil, al final lo interesante es que sea una empresa referente".