Un informe de Unicef publicado a principios de año sobre el impacto de la tecnología en la adolescencia revelaba que un 31,6% de los jóvenes pasa más de 5 horas diarias conectado a internet un día de la semana cualquiera, cifra que asciende al 49,6% durante el fin de semana. Los datos apuntaban diferencias por género y es que, mientras las chicas priorizan el uso social en las redes, los chicos pasan más tiempo jugando a videojuegos y consumiendo deportes. Con el objetivo de frenar la pérdida de tiempo en las redes sociales y aprovechar los dispositivos y los medios nació Thinki, una edtech que ha lanzado un formato para educar a través de su aplicación móvil. Con clips de un minuto, al estilo de los que se utilizan en TikTok, la plataforma permite aprender a través de vídeos cortos y validar el aprendizaje con pruebas de conocimiento.
La compañía arrancó a principios de este 2024 de la mano de Óscar J. Picazo, un joven de 23 años que, después de haber creado un par de negocios, buscaba cambiar el mundo educativo. "Queremos cerrar la brecha entre la educación actual y la consumición de contenidos que han ido adquiriendo los jóvenes en los últimos años", explica el emprendedor, que añade que "TikTok ha revolucionado el mundo de las redes sociales con sus vídeos verticales de 1 minuto. Sin embargo, lamentablemente, la mayoría de contenidos que muestra no otorgan un valor significativo en las vidas de los jóvenes. Por este motivo hemos lanzado una app pionera en el mundo de la formación", asegura.
Vídeos educativos en formato TikTok
La aplicación está disponible en todos los dispositivos desde el pasado 15 de abril. Para poder acceder, el usuario tiene que estar matriculado en uno de los programas de Thinki. De momento, cuenta con un microprograma que comprende temáticas relacionadas con la creación de compañías emergentes. "Los estudiantes recibirán consejos de emprendedores en activo, podrán conocer las herramientas digitales para ahorrar tiempo y dinero a la hora de crear un producto y aprenderán a ejecutar propuestas de valor desde cero", indica Picazo, que es ingeniero de formación y está especializado en ventas.
De hecho, la plataforma ha dado el pistoletazo de salida con el programa "Emprender para no emprendedores", un curso que, según su fundador, pretende convertirse en una "disrupción de la emprendeduría desde la emprendeduría". "Busca crear un movimiento alternativo al desgastado concepto del emprendedor. Se trata de un programa centrado en los básicos a la hora de crear y escalar una propuesta de valor de forma exitosa", comenta. El próximo reto es replicar la fórmula de la formación en microcápsulas de otras verticales educativas, como podrían ser las finanzas o la programación.
Además, hoy en día los contenidos los producen ellos y, de cara a los próximos meses, quieren empezar a adquirir profesores externos. "Ellos no podrán subir los cursos, sino que nosotros los validaremos, pero desde que salimos al mercado muchos docentes nos han contactado y creemos interesando que participen de la aplicación", agrega.
Mil usuarios y entrada en Lanzadera
La inversión inicial del proyecto fue prácticamente nula y actualmente se financian con fondos propios. A corto plazo auguran que los usuarios hagan un pago al proyecto que les dé acceso a la aplicación y más adelante se plantean crear un modelo de suscripción. Además, la start-up está estudiando la posibilidad de crear un formato en el cual el estudiante pueda acceder a parte de la aplicación de forma complementaria gratuita, con el objetivo de "fomentar el contenido educativo sin barreras".
¿Y a largo plazo? "Nos adaptaremos a los nuevos formados y quizás TikTok ya no es el objetivo. La misión que tenemos es fomentar y adaptar la educación al formato que el consumidor prefiera y, dentro de unos años, quizás toca cambiar", matiza.
Como ya había creado un par de negocios anteriormente, Picazo entró a formar parte de Lanzadera (la aceleradora de start-ups de Juan Roig) a mediados del año pasado. "Hace un tiempo también creamos un proyecto educativo, pero este pivotó y derivó en consultoría. Con la cultura de la inmediatez y las redes sociales decidimos dar un golpe de timón y crear cursos en línea. Sabíamos que era un mercado muy concurrido, pero nos centramos en crear una solución a través de este formado de clips cortos", acaba.