Delante por delante de la estación superior del funicular de Montjuïc de Barcelona se abren los Jardins de Joan Prats, una zona verde y hasta ahora, en algunos puntos boscosa, que conecta el paseo de la Exposició con la avenida Miramar, un espacio que transcurre en paralelo al recorrido a cielo abierto del funicular y que tiene como puntos de interés el vecindario de la Satàlia y el campo de fútbol del mismo nombre, los huertos de la Font Trobada y, ya en lo tocante a la avenida Miramar, la Escola del Bosc, además de varias zonas de ocio y estancia y buenos miradores sobre el llano de Barcelona.

Esta situación, sin embargo, está sufriendo una transformación de envergadura con un proyecto de ampliación del huerto de la Font Trobada y la construcción de una nueva aula ambiental, con unas obras que empezaron a finales de marzo y que se alargarán durante siete meses. La intervención, impulsada por el distrito de Sants-Montjuïc, cuenta con el apoyo de la Associació de l'Hort de la Font Trobada, la entidad ecosocial Som la Clau y la comunidad educativa de las escuelas Tres Pins y Bosc de Montjuïc, y supondrá la conversión de 1.200 m² de bosque para habilitar unas 70 nuevas parcelas de huerto, además de cambios en los caminos del espacio, muy utilizados por los escolares, y la renovación de la zona de recreo al lado del bar Marcelino.

Las obras afectan parte de los Jardins de Joan Prats / Foto: Montse Giralt
Los Jardins de Joan Prats son una zona muy transitada para acceder a la avenida Miramar a pie / Foto: Montse Giralt
Según Alerta Poble-sec las obras limitaran el espacio verde de uso público / Foto: Montse Giralt

Ahora bien, si según la información municipal, toda esta operación transformadora ha sido producto de procesos participativos y cuenta con el apoyo de entidades y vecinos, también los hay que sostienen justo lo contrario, que no ha habido suficiente participación, y directamente se acusa al gobierno Colau de activar las obras precisamente ahora por "puro electoralismo para ganar cuatro votos", además de denunciar una "indiscriminada tala de árboles" en un entorno muy descuidado como es esta parte de la montaña de Montjuïc. Así lo denuncia Josep Maria Cruset, vecino de la Satàlia, que en conversación con ElNacional.cat lamenta que se esté llevando a cabo una operación de "deforestación".

Afectación en la Satàlia

Hay que tener en cuenta que el vecindario de la Satàlia es la parte del Poble-sec por encima del paseo de la Exposició y, por lo tanto, la más próxima a la montaña de Montjuïc. En este sentido, Cruset señala que los Jardins de Joan Prats son muy utilizados por los vecinos y que con la actual intervención "se perderá espacio". Además, cuestiona que el arreglo de caminos suponga "ensancharlos más de dos metros" y que haya sido necesaria una "tala indiscriminada de árboles". El mismo Cruset señalaba, en un artículo publicado en el diario Zona Sec que toda la transformación supondrá "una importante pérdida y disminución de espacio verde y arbolado, y una evidente erosión y degradación de su terreno natural".

"Los huertos se pueden hacer de una forma no tan invasiva y con caminos más estrechos", señala Cruset, para recordar que en el caso de los huertos de la Font Trobada se ha "pervertido" el sentido de los huertos urbanos, ya que están en medio de la montaña, donde ha habido que talar árboles para ampliarlos. Por eso, desde su entidad reclaman que el proyecto se detenga y se "repiense", intentando revertir los efectos de los movimientos de tierras y tala de árboles, porque todo ello comportará que "espacio que hasta ahora era verde y de acceso público quede privatizado". "Los políticos no tienen sensibilidad por la naturaleza", añade.

Los Jardins de Laribal, otro frente abierto

En paralelo a la problemática de los Jardins de Joan Prats, Cruset señala que el Ayuntamiento de Barcelona tiene "abandonados" los Jardins de Laribal, situados en una zona próxima, en torno a la Fundació Miró y que conectan con el Teatre Grec. En este caso, se trata de unos jardines de carácter monumental que actualmente tienen zonas con el acceso cerrado al público a causa de importantes desperfectos, incluso un "desprendimiento provocado por el temporal Gloria, que todavía no se ha arreglado", aunque ya han pasado tres años largos. También hay glorietas y pérgolas en muy mal estado, y han desaparecido buena parte de los tiestos ornamentales, en el cual hay que añadir la situación de abandono del edificio que hacía las funciones de restaurante en la Font del Gat, obra de Josep Puig i Cadafalch.

Por todo ello, Cruset reclama que haya un "replanteamiento" de la política municipal en Montjuïc para evitar nuevos "atentados contra la naturaleza" y, para revertir la tala de árboles actuales, reclama que se planten árboles en el entorno, además de mejorar la protección de los espacios monumentales, como es el caso de los Jardins de Laribal, donde pide que no haya falta de mantenimiento.