El de este viernes ha sido el último pleno de Jaume Collboni, que el lunes pasado anunció que renunciaba a su acta de regidor y a sus cargos dentro del gobierno municipal para dedicarse a preparar las elecciones municipales 2023. Ahora bien, aunque Collboni anunció que estaría presente en este pleno, ha evitado tomar la palabra en ningún momento. No solo ha tenido cero intervenciones en los diversos debates que se han producido durante el plenario, cediendo todo el protagonismo, incluso en un tema delicado como el plan de usos del Eixample, a Laia Bonet, que desde el jueves tiene todas las funciones delegadas pero sin el cargo de primera teniente de alcaldía, sino que incluso ha renunciado en el momento que la alcaldesa Colau le ha ofrecido la palabra para informar de su salida del Ayuntamiento.
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Cuando un concejal renuncia por el motivo que sea, se informa al pleno municipal del hecho, que toma conocimiento. No es obligatorio que el concejal saliente esté presente, como pasó en el caso de Manuel Valls, que optó por despedirse a la francesa, pero sí en otros casos recientes, como el adiós por jubilación de Celestino Corbacho. Cuando el concejal que se marcha está presente, se suele abrir un turno de intervenciones para que el interpelado pueda despedirse y el resto de formaciones puedan dar su opinión -normalmente en forma de glosa amable salvando las discrepancias partidistas- sobre el concejal saliente.
El caso de Collboni, sin embargo, tiene su singularidad, porque como ha señalado Colau, "no es frecuente que alguien se marche para volver". El alcaldable socialista ha renunciado a su turno de palabra, en buena lógica, porque su intervención solo podría haber tenido un tono electoralista, teniendo en cuenta que se marcha para preparar una campaña electoral. Pero Colau, en calidad de presidenta del plenario, ha aprovechado su derecho a intervenir para dedicarle unas palabras al concejal saliente, palabras que han tomado forma de bromas distendidas que, con todo no han escondido un par de pullas.
Suerte "en el ámbito personal"
Colau ha deseado suerte a Collboni "en el ámbito personal", no en el político, ya que serán rivales el 28-M, pero no ha desperdiciado la ocasión de reprocharle que se haya marchado diciendo que "el mandato está acabado". "No diga eso, porque los concejales que nos quedamos seguiremos trabajando". Con todo, el momento más álgido ha sido cuando Colau ha invitado a Collboni a hablar y este, con el teléfono móvil en la mano le ha indicado gestualmente que le había enviado un whatsapp para decirle que no quería hablar. Servido en bandeja de plata, Colau no ha podido evitar exclamar "me lo ha vuelto a enviar tarde", en referencia al whatsapp que le envió Collboni el lunes para comunicarle que dejaba el gobierno municipal y por el cual la alcaldesa se quejó entendiendo de que no era la manera de hacerlo.
Con este momento al mismo tiempo distendido pero no exento de crítica, ha acabado el pleno de enero, marcado por el fiasco de Barcelona en Comú en el intento de aprobar el plan de usos del Eixample, que quedará pendiente para un pleno extraordinario que se celebrará muy pronto. Y donde, en todo caso, ya no estará presente Jaume Collboni.