La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, vuelve a estar en el centro de la polémica. Esta vez ha sido a raíz de un vídeo que se ha hecho viral en Tiktok, donde aparece Ada Colau junto con el influencer Rustem Iqbal, el pakistaní de moda de las redes sociales, y dueño del supermercado Pim Pam, de la calle Girona. En el vídeo, Colau simula que es una compradora del súper y en el momento de pagar, con un paquete de arroz y unas infusiones en la mano, provoca la sorpresa de Rustem.

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Ada Colau felicita el Ramadán en un TikTok viral

"¿Me cobras?", pregunta Colau al dependiente haciéndo ver que pasa por caja, es aquí cuando el tiktoker la reconoce y le pide que salude a todos los musulmanes. "Mañana acaba el Ramadán y tenemos fiesta pasado mañana". Acto seguido, la candidata de Barcelona en Comú a las próximas elecciones municipales añade "feliz Ramadán a todos los vecinos musulmanes de Barcelona. Que tengáis una feliz fiesta".

El vídeo ya acumula casi 1 millón de reproducciones y para los compradores es habitual ver este tipo de vídeos en su cuenta de Tiktok. Según ha explicado Rustem a El País, el pasado 15 de marzo recibió un mensaje del equipo de la alcaldesa en el que le proponían hacer un vídeo con ella. "No dudé ni un segundo. Claro que quiero hacer un vídeo con la alcaldesa, me hizo muchísima ilusión", afirmó.

Posteriormente, Colau también publicó un vídeo en su cuenta de Tiktok donde entrevistaba al influencer para conocer un poco más de su vida en la capital catalana. En un breve clip de un minuto, la alcaldesa se interesa por su vida y le pregunta cómo llegó a Barcelona. Rustem explica que vino de Pakistán haciendo un viaje largo en el que primero fue a Dubai, de allí a Etiopía y después a Togo. A partir de ese país de África Occidental inició un viaje a través del desierto en bus, camello y burro hasta llegar a Tánger, desde donde asegura que cruzó a Ceuta dentro de un tanque de gasolina. Allí estuvo en un campo de refugiados hasta que le permitieron ir a vivir a Barcelona, donde se instaló en el barrio de Gràcia. "Mi vida ha mejorado muchísimo desde que estoy aquí", concluye Rustem.