La inseguridad es el principal problema de los barceloneses según datos de la encuesta de Servicios Municipales del Ayuntamiento de Barcelona, presentada a finales de septiembre. Todavía más, se ha desbocado en los últimos meses, si el año pasado la inseguridad era el primer problema parar un 14,5 cien de los barceloneses, este año se acerca peligrosamente a 1 de cada 5 ciudadanos, concretamente el 19,1 por ciento. Además, sólo un 20% de barceloneses denuncia cuyos delitos son víctima, según la Encuesta de Victimización de 2022, lo que empequeñece las cifras reales de delitos. Y más allá de las percepciones ciudadanas, los datos del Ministerio del Interior español, referidos al primer semestre del 2021, concluyen que la capital de Catalunya es la primera ciudad en delitos entre la lista de municipios mayores, con respecto a todo el Estado español.
Ante estos datos, sin embargo, en el Ayuntamiento de Barcelona les gusta exhibir otros, las que aseguran que los hechos delictivos han bajado a Barcelona este 2022 en comparación con 2019 en un 22%. Este dato es el que ha servido a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a sacar pecho en la presentación de la nueva comisaría de la Guàrdia Urbana en el Raval y vender Barcelona como una ciudad segura: "Es falsa la imagen negativa que algunos quieren dar -ha afirmado Colau-, y en eso seré contundente: tenemos una clara tendencia a la baja, con una reducción de los hechos delictivos" para añadir que la reducción es un "indicador del buen trabajo que se hace día a día".
Antigua sede del Consell Comarcal
La nueva comisaría está situada en la calle Tàpies, 4, en un edificio que había sido sede del Consell Comarcal del Barcelonès, un organismo desaparecido. Esta nueva instalación permitirá esponjar la de la Rambla, que ahora mismo acoge mucho más personal de lo que sería aconsejable. Con todo, la instalación de la Rambla no se cerrará, de manera que la Guardia Urbana contará con tres dependencias en Ciutat Vella, sumando a las de Rambla y Tàpies la compartida con los Mossos d'Esquadra en el paseo de Joan de Borbó, en la Barceloneta. En total, en Tàpies se han habilitado 2300 m² destinados a servicios policiales, entre los cuales atención a la ciudadanía, logística, servicios de policía de barrio y el grupo de delincuencia urbana.
Más allá de las características de la nueva instalación policial, Colau ha querido insistir en el hecho de que esté situada en el Raval, un barrio con "mucha presión turística y mucha vida" que, según la misma alcaldesa, tiene como "efectos colaterales los hurtos y los hechos delictivos". Aunque ha asegurado que el gobierno municipal no quiere ser "autocomplaciente", lo cierto es que el concejal del distrito, Jordi Rabassa, todavía ha sido más vehemente: "Ciutat Vella es un distrito seguro y lo hemos demostrado con un trabajo importantísimo de prevención que ha conseguido una reducción del 22 por ciento de los hechos delictivos".
Palas detectoras de armas blancas
En todo caso, como novedad ante los problemas de delincuencia del Raval y en especial con respecto al aumento de agresiones con arma blanca, el Intendente Mayor de la Guàrdia Urbana, Pedro Velázquez, ha dado a conocer que la policía barcelonesa se dotará de una treintena de palas detectoras de metales con la finalidad de poder "detectarlas de manera no intrusiva", que permitirán decomisar este tipo de armas, como puñales, cuchillos y machetes. Velázquez ha indicado que las nuevas palas se distribuirán a todas las unidades operativas, sobre todo a las de los turnos de "última hora de tarde y noche".