El muelle Barcelona Nord, situado en los alrededores del World Trade Center, cesará su actividad de cruceros en octubre, según ha anunciado en una entrevista con EFE el presidente del Port de Barcelona, Lluís Salvadó. El 2 de octubre zarpará desde la terminal de cruceros ubicada en este muelle el último barco de este tipo, después de que en abril ya finalizara su actividad la terminal de ferris situada a pocos metros, donde ahora se ubica la base de l'Emirates Team New Zealand, el equipo defensor de la Copa América de Vela que tendrá lugar a partir de agosto del 2024.

Fecha límite: 22 de octubre

El 22 de octubre, la zona "quedará liberada de actividad comercial portuaria" de manera definitiva, después de décadas destinada a este fin. "No es una decisión arbitraria. Aquí hay un trabajo de años de preparar las condiciones para que así sea: cerraremos el punto de emisiones más próximo a la ciudadanía y ya tenemos una fecha concreta para dar este salto cualitativo", ha dicho Salvadó.

En un contexto en que el consejo municipal de Amsterdam (Países Bajos) ha pedido prohibir que los cruceros atraquen en la terminal que se encuentra en el centro de aquella ciudad, Salvadó ha apuntado que eso ya se está haciendo en la capital catalana. Estos 600 metros de muelle, así, "se abrirán" a la ciudadanía: 100 antes de la Copa América y 500 más después de que tenga lugar esta competición.

Polémica desde el 2018

El gobierno municipal de la capital catalana y la autoridad portuaria acordaron en el 2018 ordenar la actividad de cruceros, fuente de polémica frecuente a causa de la creciente presión turística. Con este acuerdo se limitaron a siete las terminales de cruceros en Barcelona y se resolvió que todas se situaran en el muelle Adosado, cosa que comporta alejar hacia el sur aquellas más próximas al centro. Un movimiento que, además, se inscribe a la "apertura" del Port Vell a la ciudadanía acelerada precisamente por la Copa América y para la cual hay en marcha 120 millones en inversión, aproximadamente la mitad pública y la otra mitad privada.

Por el contrario, la terminal ubicada al lado sur del Muelle de Barcelona sí que seguirá funcionando de momento para cruceros, si bien el acuerdo mencionado del 2018 también prevé que acabe cerrando. De las siete terminales que se ubicarán en el muelle Adosado, cinco ya están en marcha (tres gestionadas por Global Puertos Holding y dos por Carnival), la sexta la ocupará MSC a partir del 2024 y la séptima -con el proceso de licitación reanudado hace un mes, después de ser suspendido en marzo- se adjudicará a finales de año, según las previsiones de Salvadó.

¿Cuál es el objetivo?

En el 2023, a pesar de registrar el primer semestre un 8% más de movimientos de cruceristas que en el mismo periodo del 2019, el Port espera aproximadamente la misma cifra récord que en el último ejercicio antes de la pandemia: 3,1 millones. Las escalas previstas para este año y el siguiente son las mismas que entonces -unas 800- y Salvadó ha explicado que la voluntad es "estabilizar" este número, y no aumentarlo, a partir del 2025.

Al mismo tiempo, su objetivo es "introducir cada vez más cruceros de puerto base", es decir, aquellos que inician su ruta en Barcelona y que no hacen en la ciudad una única escala de solo unas horas. "Eso no lo hemos puesto lo suficiente en valor y a veces el ruido hace que se pierda el mensaje: este año tendremos el 75% de las escalas y el 58% de los cruceristas que utilizarán Barcelona como puerto base", ha dicho. Ha subrayado que el Port de la capital catalana es "líder" en este sentido y está a "años luz" de sus competidores: "El objetivo es seguir avanzando, pero es importante sacar provecho donde estamos".

Desde que accediera al cargo el mes de diciembre pasado, Salvadó ha impulsado el Consejo para la Sostenibilidad de los Cruceros, que integra administraciones, entidades y organismos relacionados con este sector para poner remedio en las "externalidades negativas" que el turismo de cruceros, "como cualquier otra actividad económica", puede tener.

Ha reconocido, en este sentido, la "predisposición" y "ganas de trabajar" que ha apreciado en el nuevo gobierno municipal de Barcelona, mientras que, sin citarla, ha lanzado un dardo contra la anterior alcaldesa, Ada Colau: "A menudo, o pronuncias discursos o trabajas".