La Plataforma d'Afectats per la Superilla presentará una reclamación extrajudicial al Ayuntamiento de Barcelona para que el Gobierno municipal aborde con los vecinos los problemas que el proyecto ha comportado al barrio, pero si el consistorio no responde en seis meses, se interpondrá una reclamación en el juzgado contencioso administrativo para paralizar las obras.
Así lo ha asegurado este miércoles el portavoz de la Plataforma, Jordi Campins, en una rueda de prensa acompañado de sus abogados Daniel Vosseler y Xavier Peguero. "Aquí hay un conflicto. O hay una solución con todos los vecinos, los perjudicados y los entusiasmados, o habrá sentencias y los jueces dirán qué se tiene que hacer", ha advertido Campins. Los letrados argumentan que la iniciativa no está sustentada por ningún proyecto ni por ninguna reforma del planeamiento vigente, lo que la sitúa en un terreno "alegal".
La plataforma esgrime un dictamen de Francesc Xavier Ventura Teixidó, que fue director de Arquitectura i Habitatge del gobierno de Jordi Pujol. En su opinión, el proyecto de la Superilla del Poblenou supone una "real transformación urbanística, funcional y de reparto modal" en un ámbito de la ciudad que ya estaba sometido a una reciente regulación del planeamiento urbanístico vigente, la Modificación del PGM del sector 22@ del año 2000.
En este sentido, constata que la implantación de esta iniciativa ha cambiado "de facto" las condiciones que se establecieron "sin que se haya producido ningún acto administrativo de modificación de los instrumentos de planeamiento previamente vigentes". Esta manera de hacer, continúa el texto, "crea inseguridad jurídica y es contraria a la legislación vigente, tanto en materia urbanística como de movilidad".
Estos son los argumentos que utiliza la plataforma para pedir formalmente al Ayuntamiento que pare esta infraestructura y se siente a hablar para consensuar una solución. Si en seis meses no obtienen respuesta, el siguiente paso será la vía judicial para intentar que un juez anule el proyecto. La plataforma ya se puso en contacto con el consistorio en enero adjuntando más de 4.000 firmas en contra de la Superilla, pero asegura que no obtuvo ninguna respuesta.
Perjuicio comercial
"Están matando comercialmente el barrio, parece un desierto y crea una sensación de inseguridad total", ha argumentado el abogado Daniel Vosseler, que ha apostado por encontrar una solución "equilibrada que a todo el mundo le vaya bien". Vosseler ha asegurado que no son contrarios al concepto de la Superilla, pero sí a la forma como se ha implementado este proyecto en el Poblenou. A su parecer, se trata de una iniciativa más adecuada por el centro de la ciudad, y no por un barrio de la periferia.
En este sentido, Jordi Campins ha asegurado que hay muchos negocios que están cerrando, y eso pasa en un barrio "que ya tiene muchas dificultades desde el punto de vista comercial y de movilidad". "Si aún ponemos más piedras en el camino lo que estamos haciendo es matar el barrio", ha concluido.
Consulta vecinal
Campins ha explicado que en paralelo también pondrán en marcha una consulta donde podrán votar a los vecinos afectados, los que estrictamente viven dentro de la Superilla y también los de los alrededores. También se podrán posicionar los comerciantes, pero su voto se depositará en una urna diferente. Los detalles de la consulta todavía no los tienen cerrados pero sí que quieren hacerla inmediatamente, que dure unas tres semanas y poder tener resultados antes de que acabe el mes de mayo. Según Campins, de momento ya tienen el apoyo político del PDeCAT, ERC y Cs con respecto a la consulta.
El portavoz de la plataforma ha constatado que el gobierno municipal ha convertido la Superilla en una "bandera para presentarse como líder del mundo del urbanismo". Ha ironizado que no sabe como, si pagando o no, ha conseguido que varios medios internacionales se hagan eco. "Asumir ahora que eso ha sido una chapuza les cuesta una barbaridad", ha concluido.