El inicio de las obras de la ronda de Sant Antoni, con un proyecto de remodelación que ha sido objeto de controversias, quejas por parte de los vecinos y que ha contado con golpes de timón del gobierno municipal hasta la adopción de un proyecto que los socialistas habían aparcado, ha comportado el afloramiento de nuevos restos arqueológicos, tal como ha pasado con las obras de la Rambla, la Via Laietana y los ejes verdes del Eixample. En el caso de la ronda, han aparecido restos de la muralla medieval, un hecho que, en todo caso, no ha comportado ninguna sorpresa, ya que era lo suficientemente esperado que afloraran estos restos.
Hay que tener en cuenta que las rondas interiores de Barcelona, las de Sant Pau, Sant Antoni, Universitat y Sant Pere, transcurren precisamente por el espacio que hasta la segunda mitad del siglo XIX ocupaban las murallas, y por eso delimitan el actual distrito de Ciutat Vella. Por lo tanto, era muy probable que se encontrarían restos de las murallas que empezaron a ser derribadas a partir de 1854, más si se tiene en cuenta que en el marco de la reforma del mercado de Sant Antoni en el año 2014 reaparecieron importantes segmentos del baluarte de Sant Antoni y su sistema defensivo -foso, contraescarpa y camino cubierto-, además de un trazado de la antigua carretera de Madrid y de un tramo del ramal de la Vía Augusta y las estructuras funerarias paralelas en esta vía romana.
En todo caso, según ha difundido este miércoles el Servei d'Arqueologia de Barcelona a través de redes sociales, en el marco de las actuales obras de urbanización de la ronda de Sant Antoni, "han aparecido restos de un tramo de la muralla medieval y moderna". "Durante las próximas semanas, según avance la intervención se podrán conocer más novedades", añade este organismo municipal. Todas las grandes actuaciones en la vía pública tienen que seguir un protocolo que incluye una intervención arqueológica, aunque en la mayoría de los casos, los hallazgos son documentados y otra vez soterrados, ya que es la mejor manera que se conserven si no hay ningún proyecto museístico en su entorno. Asimismo, hay que tener presente que por el subsuelo de la misma ronda de Sant Antoni transcurre el túnel del metro de la L2, hecho que probablemente limitará la posibilidad de hallazgos de importancia.