La masía de Can Valent es un edificio histórico del barrio de Porta, en el distrito de Nou Barris de Barcelona, que ha pasado décadas en estado de abandono desde que en los años sesenta se marcharon los últimos 'masovers'. Ahora bien, aunque hasta hace poco amenazaba ruina, desde abril que está en proceso de rehabilitación dentro de un plan de reforma de todo el entorno del cementerio de Sant Andreu, que incluye la construcción de un tanatorio y la conversión en zona verde de un aparcamiento en superficie de más de 300 plazas, además de reurbanizar y destinar a nuevos usos el antiguo campo de fútbol de la Damm. En este contexto, la rehabilitación de la masía de Can Valent ha puesto al descubierto una serie de hallazgos arqueológicos vinculados a este espacio.
Según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona, se han encontrado restos de un pozo, de un horno de leña y de dos lagares de vino. Además, han aparecido pavimentos en diferentes estratos y de siglos diferentes, que van del XVII al XIX. También se han encontrado dos monedas, una de 1823 y la otra pendiente de datación. Finalmente, entre lo más destacado conviene señalar la aparición de restos subterráneos que parecen estar relacionados entre ellas. Los primeros indicios apuntan que se trataría de una especie de red subterránea que haría las funciones de fresquera, es decir, para guardar los alimentos en fresco a temperatura constante, construida durante el siglo XVIII y abandonada el siglo XIX.
Ahora, este conjunto de restos está siendo evaluado para determinar la importancia y, en consecuencia, decidir si se conservan y de qué manera habría que hacerlo. En cualquier caso, hay una serie de elementos, ya evaluados, sobre los cuales se ha decidido actuar porque era imprescindible para poder continuar la obra de rehabilitación. Se trata de elementos poco relevantes y de escaso valor, teniendo en cuenta el estudio llevado a cabo. Los hallazgos más significativos son los de las pavimentaciones y las subterráneas. La obra de rehabilitación se podrá acabar sin que estos elementos se vean afectados. Así, en un futuro, se podrán estudiar con detalle y decidir qué se acaba haciendo.
El final de las obras, en diciembre
La aparición de los restos arqueológicos ha afectado al ritmo de las obras, de manera que, ahora, la finalización está prevista para finales de año, en lugar de la fecha inicialmente prevista, que era en noviembre. La rehabilitación de la masía de Can Valent empezó el pasado mes de abril con un cierto alboroto, cuando casi sin previo aviso se derribaron los anexos posteriores, que hizo disparar las alarmas delante una posible nueva pérdida patrimonial. En realidad se trataba de edificaciones de los años ochenta del siglo pasado que permitieron el uso de la parte posterior como huertos urbanos, sin valor patrimonial, aunque supuso la desaparición de un mural emblemático de la zona.