La puesta a disposición del público de entradas para visitas guiadas y gratuitas en el Taller Masriera, el singular edificio situado en la calle Bailèn, 70, de Barcelona, con su planta de templo grecorromano por fuera, y un inesperado teatro de trescientas localidades por dentro, ha sido todo un éxito. Después de que el pasado jueves el distrito del Eixample anunciara la recuperación de las visitas guiadas, en pocos días se han agotado todas las entradas para los días de visita de los meses de febrero y marzo, de manera que ahora habrá que esperar a que se pongan a disposición las de las visitas previstas para el mes de abril.

Según han confirmado fuentes del Ayuntamiento de Barcelona a elNacional.cat, la semana pasada se pusieron a disposición de la ciudadanía las entradas para los días 12 y 19 de febrero y 12 y 26 de marzo, todos en sábado y quedaron agotadas en poco tiempo. Cabe decir que cada día incluye tres grupos de visita de 15 personas cada uno, es decir 45 personas por día y, por lo tanto, para los meses de febrero y marzo se habían ofrecido un total de 180 entradas. El consistorio recuerda que a finales de marzo se abrirán las reservas para nuevas visitas, pero como ya se informó la semana pasada, no se abren todas de golpe para evitar que las reservas se hagan con meses de antelación y los días señalados no se llenen los grupos.

En todo caso, el calendario de vistas previsto para los próximos meses es el siguiente: 12 y 19 de febrero, 12 y 26 de marzo, 9 de abril, 7 y 21 de mayo, 11 de junio, 9 de julio, 6 de agosto, 10 y 17 de septiembre, 8 y 29 de octubre, 12 y 26 de noviembre y 10 de diciembre. Se programarán tres visitas de unos 50 minutos que empezarán a las 10.30 h, 11.30 h y 12.30 h y con grupos de un máximo de 15 personas, que irán a cargo de personal especializado en la gestión de acontecimientos culturales y con conocimientos históricos y arquitectónicos.

Un inmueble misterioso

El Taller Masriera, situado en la calle Bailèn entre Consell de Cent y Diputació, fue durante muchos años un edificio misterioso y cerrado en sí mismo, aunque fue concebido como taller artístico de pintura, escultura y orfebrería. Fue construido en el año 1882 a partir de un proyecto del arquitecto Josep Vilaseca i Casanovas, por encargo de los hermanos Masriera, en un momento de plena expansión del Eixample. Su fachada, de estilo neoclásico y con columnas rematadas con capiteles corintios conforma la entrada a un improbable templo grecorromano, aunque el objetivo inicial del inmueble era funcionar como taller de pintura, escultura y orfebrería.

El uso artístico es el que justificó el diseño de la fachada principal, con la intención de convertirse en un templo de arte, es decir, un centro artístico. Consta de planta baja, dos plantas de piso y planta sótano, con una superficie de suelo de 1.356 m² y una superficie construida de 1.861 m². En verano de 2020 fue adquirido por el Ayuntamiento de Barcelona, que lo convertirá en equipamiento para el barrio, y se ha podido visitar en varias ocasiones, entre las cuales el circuito de arquitectura Open House.