La singular cubierta del mercado de Santa Caterina de Barcelona es un elemento icónico de esta parte de Ciutat Vella desde que fue instalada a partir del año 1997 por los arquitectos Enric Miralles y Benedetta Tagliabue en el marco de una rehabilitación integral de todo el edificio. Está formada por una enorme estructura ondulada cubierta por 200.000 hexágonos de cerámica de 67 colores diferentes, obra del ceramista Toni Cumella, que representa las frutas y verduras que se venden en los puestos y llena la zona de luz y color. Ahora, sin embargo, esta cubierta presenta importantes desperfectos que ya han provocado las protestas de los paradistas.
Según adelanta Betevé, el tejado de Miralles y Tagliabue ha envejecido mal, y según denuncian los paradistas del mercado, actualmente hay goteras y humedades con zonas donde las baldosas están hundidas o rotas mientras que la estructura de madera también tiene partes estropeadas a causa de las filtraciones de agua que provoca este mal estado de la cubierta. Según el medio citado, a esta situación se suma el hecho de que se han tenido que instalar redes protectoras en algunos puntos del mercado para evitar pequeños desprendimientos, unos lavabos que hay que rehabilitar y la lucha contra la presencia de las palomas, hechos que han llevado a los paradistas a reclamar actuaciones urgentes al Ayuntamiento.

Tanto es así que el Instituto Municipal de Mercados, siempre según el medio citado, ya tiene un informe elaborado por los mismos paradistas con toda la problemática detectada y están a la espera de respuesta, a pesar de constarles la intención de invertir unos dos millones de euros, pero sin información más precisa de calendario e intervenciones previstas. Asimismo, la situación llegará la próxima semana al Ayuntamiento de Barcelona, una vez el grupo municipal de ERC ha presentado una pregunta sobre las inversiones previstas en el mercado para solucionar estos problemas y que se tratará en la Comisión de Economía y Hacienda del miércoles 19 de marzo.
Una cubierta singular
El mercado de Santa Caterina fue construido en 1845 en el solar donde había habido un convento del mismo nombre. Entre 1997 y 2005 se llevó a cabo una larga rehabilitación integral que, de hecho, solo respetó tres de las cuatro fachadas originales. El elemento más destacado de aquella reformulación de todo el edificio fue la cubierta, un homenaje al modernismo y a Antoni Gaudí que simbólicamente recuerda los toldos de los puestos y sus ondulaciones al viento. Este tejado multicolor se ha convertido en un elemento definitorio del barrio y de la avenida de Francesc Cambó, pero ahora necesita reparaciones urgentes.