La Estació de Sants de Barcelona, actualmente la principal de la ciudad, fue inaugurada el ya lejano 1979. Más de cuarenta años más tarde, ha llegado la hora de renovarla completamente, con un proyecto ambicioso de ampliación que hará que las obras lleguen prácticamente a las puertas de la próxima década. El proyecto, que casi se podría calificar de faraónico por sus dimensiones, no sólo afectará al ámbito de la estación en sí, sino todo su entorno, incluidas las plazas de los Països Catalans y de Joan Peiró, a estas alturas, de los espacios más desperdiciados de la ciudad, y facilitará la conexión entre barrios.
Con la intención de iniciar las obras al principio de 2023, las obras tendrán dos fases, una primera que se alargará hasta 2026 y una segunda que empezará entonces y que podría estar acabada los años 2029/2030. Cuando se complete, la transformación de todo el entorno será prácticamente irreconocible, ya que la mole gris que hoy es la estación se convertirá en pocos años en una edificación mucho más amable con el usuario, mientras que todo el entorno también se transformará, convirtiendo las plazas adyacentes en zonas más amables con los usuarios del que lo son hoy en día y mejorando la permeabilidad de la estación con la ciudad.
Para concretar, la renovación de la estación irá en paralelo a la de todo el entorno, con acciones tanto dentro como fuera. Con respecto a las de dentro, el proyecto prevé el ensanchamiento de los vestíbulos, de manera que la estación crecerá hacia las plazas, con vestíbulos proyectados como continuación del espacio exterior, con entrada de luz y ventilación natural con grandes lucernarios en la cubierta y la apertura de dos accesos más, de manera que además de poder acceder a la estación por las dos plazas adyacentes, también será posible hacerlo desde los lados mar y montaña, facilitando así el uso del equipamiento ferroviario como un espacio de paso, tanto para los usuarios como para los no usuarios, con un objetivo estratégico, llegar a los 58 millones de pasajeros en el 2030, 12 más que en el 2019.
Además, la estación también crecerá en altura, pero sin afectar al hotel existente. Todo el aparcamiento superior desaparecerá y en su lugar habrá una cubierta generadora de sombra y al mismo tiempo captadora de luz natural por el vestíbulo. 14.000 m² de esta nueva cubierta se destinarán a la instalación de placas fotovoltaicas, que generarán casi 3,8 GWh/año para el autoconsumo con energía renovable, de manera que la futura estación contribuirá a la reducción de emisiones de CO₂ y propiciará un entorno de cero residuos. Según el proyecto, se calcula un ahorro de energía con respecto a un edificio convencional equivalente al 48%.
El tráfico pasará entre la estación y el parque de la Espanya Industrial
Con respecto a los principales cambios en el exterior, se reordenará toda la zona dedicada al tráfico, tanto público como privado, ya que se eliminará todo el vial del lado montaña, en la calle de Viriat, y el tráfico pasará por un nuevo vial situado en la parte mar, es decir, entre la estación y el parque de la Espanya Industrial. La intención de todo ello es eliminar "el efecto rotonda" que, en palabras de la segunda teniente de alcaldía, Janet Sanz, tiene actualmente la estación. Además, en todo el entorno habrá un aumento muy importante del verde, en especial en la banda montaña. De hecho, los entornos de la estación serán supermanzanizados.
La intención es que la plaza esté rodeada de verde, con arbolado, parterres y una pista de albero sólido elevada, que rodeará una plaza de los Païsoss Catalans que será renovada, pero manteniendo sus elementos originales, y con una parte del espacio reservada por sus usuarios habituales, los skaters. En el lado montaña estará el Bosc Viriat, conformado como una masa arborizada que conectará con la calle Provença y la avenida Roma. Además, dentro de la misma estación, y como muestra de la apertura al barrio, se instalará dentro del equipamiento una ludoteca pública, además de poder dar espacio a más comercios, eso sí, "sin convertirse en un centro comercial", según Sanz.
El acceso por las cuatro fachadas facilitará y las nuevas zonas verdes facilitarán las conexiones con el tejido urbano a través de pasos para peatones (conexión Numància-Tarragona, Rector Triadó, Dolors Batlle) y el eje central (conexión Av. Roma / Tarradellas). Además, la estación de autobuses situada en la calle Viriat se replegará en una primera fase, liberando espacio para las zonas verdes, a la espera de que en un futuro pueda ser trasladada a una nueva estación de autobuses soterrada que se tendrá que construir en la plaza Espanya.
Nuevo vestíbulo de Metro
Asimismo, el proyecto incluye la renovación total del vestíbulo del Metro, uno de los puntos negros actuales de la actual estación, ya que no tiene acceso para personas discapacitadas. De hecho, para acceder desde el metro hace la estación en silla de ruedas hace falta recorrer el pasillo hasta la salida de la calle Numància, donde hay un ascensor, y después, a pie de calle, recorrer otra vez la distancia hasta la estación de Sants. Además, los usuarios de autobús urbano tendrán paradas en el paseo de Sant Antoni, delante de las nuevas puertas de acceso, en un recorrido que no superará los 50 metros.
Con respecto a los plazos de ejecución, de momento se prevé una primera fase, entre 2023 y 2026 que prevé que, dentro de cuatro años ya esté finalizado todo el traslado del vial al lado mar, la transformación de la plaza de los Països Catalans, la concentración de la estación de autobuses, la pacificación de toda la parte montaña con actuaciones provisionales a Viriat y todas las actuaciones de permeabilidad de la estación, quedando para más adelante la finalización de todo el proyecto, con la futura cubierta y la ampliación de los vestíbulos, es decir, el engrandecimiento de una estación que, finalmente, quedará integrada en la ciudad.