Es conocido desde hace años que varias escuelas de la ciudad de Barcelona están situadas en entornos con presencia de amianto, un material clasificado como sustancia cancerígena por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el año 1977 -hace casi medio siglo-, prohibido n el Estado español desde 2002 y que tiene que desaparecer completamente en 2028. La lucha de las familias de los escolares para garantizar un entorno más saludable para el alumnado y para evitar la estigmatización de los centros escolares con presencia de amianto cuenta ahora con el apoyo explícito de la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB), que este miércoles ha exigido directamente a ayuntamiento y Generalitat que haga público el censo de escuelas con amianto y que planifique su retirada.
"Las escuelas no pueden esperar", ha asegurado Joan Maria Solé, miembro de la FAVB, en nombre de la Comisión contra el Amianto de la FAVB, que ha instado a la conselleria de Educación, al Consorcio de Educación de Barcelona y al Ayuntamiento de Barcelona a que se haga pública la relación de escuelas con presencia de amianto y que identifiquen los casos en que haya esematerial en un radio de cien metros en torno al centro escolar y, que una vez conocido el alcance de la situación, se planifique la erradicación del amianto y programarla hasta la retirada total con criterios de priorización objetiva. La misma FAVB ha asegurado que la administración tiene en sus manos el censo de escuelas, pero todavía no lo ha hecho público.
Familiares preocupados
Con presencia de familiares de varios centros educativos de Barcelona, como los centros Encants, Gaia y Leonor Serrano -todos situados en una misma manzana en las Glòries-, Nou Graons -con un techo privado de uralita junto al patio-, y Fluvià y Antoni Balmanya, Solé ha recordado que pronto empezará el periodo de puertas abiertas y preinscripciones, y que en las escuelas se encontrarán con que los padres de futuros alumnos les pueden preguntar por el amianto. "No es una tarea de los equipos directivos, es del Consorcio de Educación, que tiene que hacer un censo de las escuelas que tienen amianto," ha afirmado, para añadir que tienen conocimiento que a Generalitat tiene uno. "Lo tienen que hacer público y planificar la retirada", ha añadido.
Por su parte, Miguel Moreno, miembro de la Comisión contra el Amianto y de la plataforma de jubilados de Macosa -industria donde muchos de sus jubilados han muerto a causa de cánceres derivados de la presencia de amianto-, ha recordado que la presencia de amianto en entornos escolares no tendrá efectos a corto plazo, pero sí a largo, ya que el cáncer se puede desarrollar en veinte o treinta años, razón por la cual ha exigido a "retirar el amianto de las escuelas como medida prioritaria", mientras el neumólogo Josep Tarrés, ha calificado las enfermedades relacionadas con el amianto como "pandemia de alcance mundial, silenciada, creciente y evitable".
Según ha explicado el doctor Tarrès, la exposición a las fibras de amianto, presentes en el fibrocemento o uralita, pueden afectar a los pulmones y la pleura y provocar enfermedades como la asbestosis y determinados tipos de cáncer, como mesotelioma y cánceres de pulmón, laringe y ovario. Además, ha detallado, que, una vez cerradas las grandes industrias como Macosa, que anteriormente habían sido los principales focos, actualmente "hay millones de microfocos", especialmente en los techos de uralita degradados, de los cuales hay muchos en la ciudad de Barcelona, por lo cual es importante planificar y ejecutar correctamente su retirada, con la máxima celeridad posible.
"Decisión y celeridad"
Por todo ello, en un acto que ha contado también con la presencia de Lluís Ballart, técnico experimentado en procedimientos de tratamiento de materiales con amianto, la Comisión contra el Amianto de la FAVB se ha puesto al lado de las escuelas afectadas, que son más que las mencionadas, para pedir la aceleración de la tramitación de la futura ley catalana para la erradicación del amianto, pero mientras esta legislación no llega, ha instado a las diferentes administraciones a actuar "con decisión y celeridad". "Nos jugamos la futura salud de los niños", han añadido desde la FAVB, que recuerda que los efectos nocivos del amianto en salud de los niños pueden llegar a ser hasta cinco veces superiores que en la gente adulta.
De hecho, la presencia de amianto en entornos escolares se puede considerar como una bomba silenciosa de efectos retardados, ya que como sus efectos se pueden retrasar más de veinte años hasta hacerse visibles, razón por la cual la FAVB considera que tiene que ser ahora el momento de actuar para evitar que la salud de los niños esté en peligro en un futuro a largo plazo.