La Agencia Catalana de l'Aigua (ACA) y el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) suman esfuerzos por conseguir mitigar la sequía con agua regenerada en el territorio metropolitano en el marco del Plan estratégico del ciclo integral del agua (PECIA) del territorio metropolitano, que prevé que el año 2050 existirá un déficit hídrico de agua potable en la metrópolis de aproximadamente 130 hm³/año si no se tiene en cuenta la reutilización, y por eso establece varias líneas de trabajo basadas en el agua regenerada. De hecho, desde 2018, el uso de este recurso en la metrópolis se ha multiplicado por 15. Los 56 hm³ actuales representan un 20% de los recursos destinados al consumo de agua potable, que equivale a un 25% de las necesidades anuales de agua potable de la ciudad de Barcelona.
Además, el uso de este recurso permite reservar el agua potable para el consumo de boca, aparte de la potabilización de agua regenerada para su consumo, utilizarla para otras aplicaciones como la limpieza de calles y el riego agrícola, permitiendo así hacer frente a la sequía. En este contexto, este jueves por la mañana, el director del ACA, Samuel Reyes, y el vicepresidente del Área de Ecología del AMB, Eloi Badia, han visitado el punto desde donde se está aportando agua regenerada en el río Llobregat, para ser captada por la Estación de Tratamiento (ETAP) de Sant Joan Despí y potabilizada.
La aportación es actualmente de 0,6 m³/s (en diciembre se empezó con 0,2 m³/s, volumen que se ha aumentado de manera progresiva), cifra que incrementa un 25% el total del agua que lleva el río actualmente. Está previsto que en las próximas semanas la aportación aumente a 0,8 m³/s. La medida contribuye a desembalsar menos agua de los pantanos y hay que tener en cuenta, asimismo, que el ACA y el AMB también están aportando agua regenerada al canal de la derecha del Llobregat, para asegurar al buen estado de las actividades del Parque Agrario del Baix Llobregat. Actualmente, se aportan 0,2 m³/s, que se incrementarán en los próximos meses hasta un máximo de 0,4 m³/s. En caso de que la situación de sequía se alargue hasta el verano, momento del año en que se riega más, la producción se puede incrementar para cubrir las necesidades del canal. Esta aportación de agua regenerada reduce la liberación de agua de la presa de la Baells, de manera que se optimizan las reservas de agua.
Usos actuales de la regeneración en la metrópolis
El agua regenerada proveniente de la Estación de Regeneración de Agua (ERA) del Prat también se conduce hasta el río Llobregat por debajo del ETAP de Sant Joan Despí, para garantizar el caudal ecológico del tramo final del Llobregat. Eso garantiza el buen funcionamiento de los ecosistemas vinculados al medio hídrico. Actualmente, se envía en continuo un caudal de entre 1 y 2 m³/s. El año 2022 este uso ambiental fue de 45 hm³. Desde 2018 también se está inyectando agua regenerada para habilitar la barrera contra la intrusión salina en el acuífero del delta del Llobregat, una reserva estratégica sobre todo en episodios de sequía. Durante 2022, la producción de agua regenerada para esta finalidad ha pasado de los 2.000 a los 6.000 m³/día.
Durante el estado de alerta se ha habilitado un hidrante en la ERA del Prat, a fin de que los ayuntamientos metropolitanos puedan ejecutar las tareas de riego, limpieza y baldeo con agua regenerada y, además, la desalinización y la reutilización han retrasado 6 meses la entrada en alerta por sequía. Así, desde la entrada en el escenario de prealerta en el sistema Ter Llobregat, se ha incrementado la aportación de recursos no convencionales como la desalinización y la reutilización. Por otra parte, las desalinizadoras catalanas han aportado más de 63 hm³ al sistema en este periodo. También durante el 2022 se han aportado 54 hm³ de agua proveniente de los pozos de sequía.
Con respecto a la regeneración, este año ya se han reutilizado más de 40 hm³ para usos ambientales en el tramo final del Llobregat. Sumados al total del agua regenerada producida durante 2022, en total se han regenerado en Catalunya cerca de 60 hm³/año, 10 hm³ más que hace un año. Por lo tanto, la desalinización, la reutilización y los pozos de sequía han aportado en 2022 más de 160 hm³ de nuevo recurso, una cantidad equivalente al agua que cabe en el embalse de Sau. Sin estos recursos, el área de Barcelona estaría hoy en un escenario de excepcionalidad y a las puertas de la emergencia, con medidas más restrictivas.
Escenario de futuro
Con la actual producción de agua regenerada en la metrópolis (56 hm³ el año 2022) y los proyectos futuros —tanto iniciados como en fase de planificación—, se prevé que en 2030 esta producción sea de 88 hm³ y en 2050 sea superior a los 130 hm³, de manera que podrá llenar el déficit actualmente estimado. Según Eloi Badia, "el agua regenerada nos asegurará, en 2050, que habrá bastante recurso de agua potable para hacer frente a futuras sequías. Sin embargo, hace falta seguir siendo responsables y tratar el agua, especialmente la potable, como el recurso valioso y esencial que es. A las reducciones en el consumo generalizadas a raíz de la sequía de 2008, y una ciudadanía ya muy concienciada, sumamos la gran aportación de agua regenerada". Badia ha añadido que "con este paquete de medidas futuras alejamos definitivamente la idea de los trasvases del Ebro y el Ródano, y apostamos por una alternativa mucho más sostenible y racional".