El arquitecto jefe de Pasqual Maragall se ha querellado contra Ada Colau por las supermanzanas, según ha adelantado El Periódico y ha confirmado la ACN. Ya lo había intentado en el pasado y ahora Josep Antoni Acebillo vuelve con una querella presentada este viernes en los juzgados contra la alcaldesa de Barcelona y la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, por un delito urbanístico y uno de malversación por las supermanzanas o ejes verdes del Eixample. Con 27 páginas, el escrito también está firmado por los abogados Francesc Jufresa y Ferran Grasas. Hace pocos días que la Fiscalía archivó las denuncias interpuestas por los mismos querellantes y la plataforma Salvem Barcelona.
Acebillo, Jufresa y Grasas reclaman la paralización cautelar de las obras de las supermanzanas para "evitar la plena consumación" de los delitos que consideran que se están cometiendo y los perjuicios que se pueden llegar a causar —cifrados en más de 100 millones de euros—. Y es que remarcan que se trata "de una infracción normativa manifiesta de la ley del suelo que puede tener efectos devastadores" tanto para particulares como para comercios en general, hasta el punto de generar "problemas de accesibilidad a los mismos domicilios de servicios básicos". También afectaría al erario público, "porque solo el concepto de arrancado del asfalto y su eventual reposición" supondría unos gastos de 100 millones de euros.
Eliminar vías públicas esenciales
Más allá de Colau y Sanz, la querella también se dirige contra todos los miembros de la comisión de gobierno del ayuntamiento que votaron a favor de la aprobación definitiva de los proyectos ejecutivos de reurbanización vinculados con los ejes verdes del Eixample en la sesión del 26 de mayo del 2022 —a menos que hubieran efectuado reserva al emitir su voto sobre la legalidad de los acuerdos—. En este aspecto, se añade a los funcionarios que hayan informado favorablemente con informes técnicos sobre las supermanzanas.
El arquitecto y los dos abogados aseguran que para la realización de una ordenación de este espacio público hace falta previamente la modificación del Plan General Metropolitano (PGM), en la forma establecida por estos ejes. En el texto se expone que el ayuntamiento aprobó unos acuerdos sobre "proyectos ejecutivos de reurbanización del ámbito en torno a la nueva plaza situada en el cruce de los nuevos ejes verdes", que hacían referencia a la calle Consell de Cent (entre la calle Vilamarí y el paseo de Sant Joan), así como otras calles transversales entre la Diagonal y la Gran Via, una operación integrada en el Programa Superilla Barcelona. Mediante estos acuerdos "se están transformando sustancialmente, por no decir eliminando, unas vías públicas esenciales de la ciudad".
Cambio radical en la movilidad
La querella añade que se promueve "un cambio radical en la vialidad y en el sistema de movilidad" en el centro de Barcelona, "eliminando por la vía de hecho la circulación de vehículos a las calles afectadas". A pesar de esta trascendencia y "su evidente impacto" en las personas, bienes y negocios, el problema es que el proyecto se ha tramitado como si "se tratara de simples obras ordinarias de urbanización, ignorando las implicaciones urbanísticas que esta decisión tiene" y que "obligaban a una previa o simultánea modificación del planteamiento urbanístico vigente concretamente del PGM". También destacan que la actuación municipal "contraviene" la ley del suelo que reserva a los PGM el "trazado y las características de la red vial".
Por otra parte, critican la decisión de la Fiscalía de archivar las diligencias de investigación que se abrieron a raíz de su denuncia y exponen que el ministerio público "se ha limitado durante 10 meses de supuesta tramitación" a "efectuar una pseudoindagación jurídica" — pidiendo al mismo ayuntamiento que informara sobre las razones que motivaban la implantación de las supermanzanas del Eixample. "Es decir, que en lugar de recibirle declaración en condición de denunciada, el fiscal le pide que elabore un informe jurídico, que evidentemente no da ninguna explicación, no es otra cosa que un alegato autoexculpatorio", concluye.