El estudio RCR Arquitectes será el encargado de ejecutar, en una UTE donde también tomarán parte las empresas Sener y Fhecor, el ambicioso proyecto de renovación de la estación de Sants de Barcelona, una actuación de la cual ya se dieron a conocer los ejes principales el pasado mes de septiembre, pero que este martes se ha podido conocer con más profundidad de la mano del equipo de arquitectos, un estudio que llega a esta obra precedido del prestigio que les supuso ganar, en 2017, el reputado premio Pritzker, el más importante del sector de la arquitectura a nivel mundial. El objetivo de toda la operación, según han indicado, es convertir la estación de Sants en una "estación-ciudad".

Presentación del proyecto de nueva estación de Sants en el Col·legi d'Arquitectes de Catalunya (COAC) / Foto: Jordi Palmer

Efectivamente, el gran proyecto, que tendrá dos fases, una primera prevista para el periodo 2023-2026 y una segunda que tendría que ir concatenada con el reto de acabar en 2030 responde a dos objetivos estratégicos, el primero, marcado por Adif, alcanzar una cifra de viajeros de 58 millones en el 2030 -en contraste con los 46 millones del año 2019-, y el segundo, de la mano del Ayuntamiento de Barcelona, fundir la estación en la ciudad y hacer de su renovación un "proyecto urbano" que encaje "con el actual modelo de ciudad", según ha indicado Xavi Matilla, arquitecto jefe de Barcelona, y que permita hacer de la estación un espacio más de uso público.

Es a partir de estos elementos que el equipo de arquitectos ha tenido que trabajar un proyecto donde la principal complejidad, según ha indicado la arquitecta Carme Pigem, miembro de RCR, ha sido combinar todos los requerimientos de Adif y el Ayuntamiento para conseguir cuadrar un proyecto que configure Sants como una "estación-ciudad", a partir de elementos básicos como la apertura de nuevas puertas en los lados montaña y mar, que convertirán la estación en un sitio de paso público entre el barrio de Sants y el parque de la Espanya Industrial. "El proyecto es de la estación y de los entornos", ha insistido Pigem, que en una primera fase contempla la integración de la plaza de los Països Catalans en todo el ámbito, así como la creación de la nueva zona de embarque para los trenes de alta velocidad situada en un nuevo volumen situado sobre la estación actual.

De la oscuridad a la luz

De hecho, uno de los esfuerzos de todo el planteamiento -que en una segunda fase incluirá también la creación de nuevas zonas verdes en todo el sector norte, en la calle Viriat, donde tendrá que encontrar una solución de combinación con el discutido tanatorio que ya está en construcción, y el traslado del vial al lado mar-, servirá para hacer más amable una estación que actualmente destaca por un aspecto exterior que no es mucho más que una inmensa mole gris con un hotel encima, y que en el interior no cuenta con ningún tipo de luz natural, y menos en la zona de vías -nada a ver con la futura estación de Sant Andreu, que dispondrá de luz natural-.

La zona de embarque para los trenes de alta velocidad se situará en un nivel superior / Foto: Adif
La nueva estación incluirá la integración de la plaza de los Països Catalans a todo el entorno / Foto: Adif
El interior será mucho más luminoso que en la actualidad / Foto: Adif

En este sentido, Estel Ortega, colaboradora de RCR Arquitectos, ha indicado que el nuevo proyecto "aportará luz a la estación", principalmente gracias a grandes tragaluces situados en el futuro techo, situado mucho por encima del actual y que permitirá la iluminación de los diversos niveles de vestíbulos. "Aportamos aire y luz natural a la estación", ha añadido, mientras que otro de los miembros de RCR, el arquitecto Ramon Vilalta, ha recordado que el edificio actual "a nivel espacial y lumínico es muy triste". Por eso, los nuevos cuerpos proyectados, entre los cuales se incluyen también extensiones a nivel de calle por el lado de la plaza de los Països Catalans, "están concebidos como lámparas" que aporten luz en el interior.

Transformación global de todo el entorno

De hecho, en línea con lo que ya se presentó en septiembre, la futura estación comportará la transformación global de todo el entorno, incluido un nuevo vestíbulo de Metro, que quedará fuera del ámbito del actual edificio, pero solo a unos pasos de distancia y bajo la gran cubierta que envolverá todo el espacio. De hecho, el nuevo acceso de Metro es una de las necesidades más urgentes de este equipamiento, ya que un 30 por ciento de los usuarios lo utilizan para llegar y tiene graves deficiencias con respecto al acceso de las personas discapacitadas, por el hecho de que para acceder desde el metro en silla de ruedas hay que recorrer el pasillo hasta la salida de la calle Numància, donde hay un ascensor, y después, a pie de calle, recorrer otra vez la distancia hasta la estación de Sants.