Tener que borrar un mural para hacer otro, esta es el inconveniente que critican los artistas urbanos de Barcelona englobados en la entidad Rebobinart, que han denunciado públicamente por medio de un comunicado que a causa de la normativa municipal tienen dificultades para encontrar nuevos emplazamientos y, por lo tanto, si quieren pintar nuevas escenas, deben hacerlo sobre paredes que ya habían utilizado previamente. La gota que ha hecho colmar el vaso ha sido la necesidad de borrar un mural dedicado a las personas mayores (imagen superior), situado en la calle Trinxant con la Meridiana, para poder hacer otro, esta vez dedicada a la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

Así, para poder hacer sitio a un nuevo mural, que irá a cargo de la artista Núria Toll y estará dedicado a la lucha por la igualdad de género, habrá que borrar el que ahora hay, un hecho que constata "un problema estructural", según Rebobinart, "la imposibilidad de generar nuevos espacios para el arte urbano sin eliminar anteriores", una situación que "no solo reduce el impacto cultural y social de este arte, sino que también restringe su evolución y consolidación como herramienta de transformación urbana" y por eso critican al Ayuntamiento de Barcelona porque la situación "pone de manifiesto la grave falta de espacios para el arte urbano en la ciudad, una consecuencia directa de las restricciones legislativas que limitan el acceso a nuevos emplazamientos".

Según Rebobinart, "la ordenanza vigente de 1998 ignora completamente la realidad actual del muralismo y el arte urbano, dificultando los trámites burocráticos, impidiendo una planificación a largo plazo y precarizando el sector," ya que, apuntan, "el proceso para obtener permisos para nuevos muros es incierto, largo y sin garantías, obligando a las entidades a trabajar con espacios ya intervenidos", un hecho que "limita la capacidad del arte urbano para contribuir al tejido cultural y social de Barcelona, restringiendo su potencial como herramienta de diálogo y expresión ciudadana". Asimismo, apuntan que "mientras ciudades como Berlín, Lisboa o Montreal han integrado el arte urbano en sus estrategias culturales, Barcelona mantiene un modelo caduco que ignora la importancia de este movimiento artístico".

"Revisión inmediata de la normativa vigente"

En este contexto, Rebobinart exige al Ayuntamiento de Barcelona y otras instituciones "la revisión inmediata de la normativa vigente para facilitar la creación de nuevos espacios para el arte urbano". "Necesitamos una regulación justa que permita desarrollar murales sin las trabas actuales y que garantice un modelo sostenible para los artistas", señalan, para lanzar un llamamiento a "colectivos culturales, entidades, empresas y ciudadanos a sumarse a esta reivindicación", apuntando que "el arte urbano es cultura, es expresión y es un derecho que no puede estar limitado por una normativa obsoleta" y que "la cultura tiene que ser un derecho y no un obstáculo lleno de trabas administrativas".