El ataque vandálico en dos trenes y tres estaciones de la red de Metro de Barcelona -Jaume I, Universitat y Passeig de Gràcia- que tuvo lugar la madrugada del sábado al domingo por un grupo organizado de setenta personas tendrá un coste económico de 135.000 euros, según ha informado este lunes la primera teniente de alcaldía y presidenta de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Laia Bonet, que ha hecho esta estimación en la presentación del balance de siniestralidad del 2023. La responsable de TMB ha señalado la necesidad de trabajar "más coordinadamente" y "con la lógica de la prevención" para identificar la preparación de actos vandálicos como los que cometieron este fin de semana unas 70 personas en el metro.
Por su parte, el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad, Albert Batlle, ha explicado que los servicios de investigación de la Guàrdia Urbana y los Mossos d'Esquadra están investigando estos actos delictivos para poner a disposición de la justicia a los implicados a quienes se les imputarán delitos de daños. "Son actos vandálicos, pero son también delictivos y si los podemos identificar, se les imputará delitos de daños y se pondrán a disposición de la justicia", ha señalado Batlle. De momento, TMB ha informado de la identificación de una de las personas que asaltaron los trenes y estaciones.
Un grupo organizado de 70 personas
La madrugada de sábado a domingo, un grupo de unas setenta personas pintaron dos trenes de las líneas 2 y 4 de la red de Metro de Barcelona, provocando afectaciones y paros de hasta 10 minutos en las dos líneas. Desde TMB ya se anunció que se denunciarían los hechos, por los cuales uno de los vándalos pudo ser identificado por los vigilantes de seguridad del metro antes de que pudiera huir. El ataque empezó a la estación de Jaume I cuando faltaban pocos minutos para llegar a la una de la madrugada. Un grupo de unas 70 personas, alguna de las cuales validó el billete mientras otros optaron por saltar los tornos, accedieron a un tren de la L4 y llegaron hasta la estación de Passeig de Gràcia, donde pintaron la parte exterior del convoy.
Estos hechos provocaron que durante unos diez minutos se tuvo que parar la circulación de trenes entre Barceloneta y Verdaguer. Posteriormente, el mismo grupo organizado se dirigió hasta la L2, donde atacaron de la misma manera otro convoy, provocando que también se quedara sin funcionamiento durante diez minutos entre las paradas de Universitat y Sagrada Família. El balance de la actuación es de dos trenes pintados y varios desperfectos en las estaciones Jaume I, Paseo de Gràcia y Universitat.