El Ayuntamiento de Barcelona y la entidad del Tercer Sector Hàbitat3 han llegado a un acuerdo para la compra de la Casa Orsola a través de una fórmula social colaborativa, según una nota del consistorio. A las 11 está previsto que comparezca el alcalde, Jaume Collboni, para dar más detalles. El alcalde comparecerá junto con la presidenta de Hàbitat3, Carme Trilla, en una rueda de prensa donde también participarán la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, el síndic de greuges de Barcelona, David Bondia, y el comisionado de Vivienda, Joan Ramon Riera. La Fundació Hábitat3 es una gestora de vivienda social impulsada desde el tercer sector que trabaja con las entidades sociales y las administraciones públicas para garantizar el derecho a una vivienda digna a las personas en situación de vulnerabilidad. Según han indicado fuentes a El Matí de Catalunya Ràdio, la compra seha fijado en más de 9 millones de euros.

La finca modernista, ubicada en la izquierda del Eixample, se ha convertido en un símbolo de resistencia para los movimientos sindicales que denuncian la especulación inmobiliaria. El pasado 31 de enero se tenía que hacer el desahucio de Josep Torrent, vecino de la Casa Orsola, pero la actuación quedó aplazada hasta la madrugada de este martes pasado, 4 de febrero. La comitiva judicial decidió suspender la actuación ante la movilización de más de 1.000 personas en los alrededores del edificio, por "la imposibilidad de llevarlo a cabo en condiciones de seguridad". El martes, sin embargo, el desahucio se volvió a aplazar hasta el 18 de febrero. Así pues, el segundo intento por desahuciar a Josep se aplazaba una vez más.

La concentración ante la Casa Orsola / Europa Press

El propietario había manifestado la opción de vender

El lunes, el propietario de la Casa Orsola de Barcelona ya abrió la puerta a vender la polémica finca, donde varios inquilinos estaban amenazados de desalojo porque no se les han renovado los contratos. “Supongo que finalmente acabaré vendiendo la finca. Cuando esto ocurra, es posible que se encuentren con un auténtico buitre que no tendrá ningún interés en preservar el patrimonio ni en encontrar acuerdos”, afirmaba en una carta abierta. En el texto, Ollé se defendía de las acusaciones recibidas últimamente, acusaba a algunos inquilinos de malas praxis y aseguraba que él “solo quería mantener de forma sostenible un edificio modernista”. Ollé también agradecía al Síndic de Greuges y al Ayuntamiento de Barcelona los intentos de mediación, “aunque quizás un poco tarde”.

Al día siguiente de abrir la puerta a esta posibilidad, el alcalde ya dijo que estudiaría las "diferentes alternativas" que se propusieran durante el proceso de mediación entre las partes, entre las que se encontraba la compra del edificio. Con la compra de la finca por parte del Ayuntamiento se cierra el conflicto entre la propiedad y los vecinos que hace años que se alarga, y es que en 2001 un fondo de inversión adquirió el bloque y desde entonces que no quiere renovar los contratos de los actuales inquilinos. El fondo quiere reformar los pisos y ponerlos como alquiler de temporada de lujo.