Finalmente, ha llegado el día de decir adiós definitivamente a las paradas de los pajareros de la Rambla. El Ayuntamiento de Barcelona ha hecho efectivo este miércoles el cierre de 6 de las 11 paradas de los antiguos pajareros de la Rambla después de haber recibido la autorización judicial para poder hacer la recuperación forzosa de los establecimientos, según informa el consistorio. Son las paradas que dejaron de vender animales en el 2009 y se reconvirtieron en puestos de venta de helados, dulces y recuerdos. Las cinco paradas que todavía quedan, pertenecen todas a un mismo propietario, y se está a la espera de recibir la autorización judicial por parte de otro juzgado para poder proceder de la misma manera. Según apuntan fuentes municipales, a partir de ahora, se estudiará cuál podrá ser el momento más adecuado para el derribo de las paradas, según el avance de las obras de reforma.
Desaparición de las paradas
El cierre de las paradas se ha producido hacia las 10:00 horas de este miércoles y se ha alargado durante un rato, ya que en el momento las paradas se encontraban abiertas y para poder cerrarlas han tenido que vaciar el material del interior. Para hacer efectivo el cierre, han ido representantes del Instituto Municipal de Mercados y no ha hecho falta la actuación por parte de la Guardia Urbana, ya que cuando se les ha pedido que cerraran lo han hecho. "La desaparición de las paradas de los antiguos pajareros de la Rambla es una decisión que viene de lejos y que responde al interés general", señala el Ayuntamiento, que recuerda que el proceso ha llegado hasta este punto después de las diferentes resoluciones judiciales que han dado la razón a los planteamientos defendidos por el consistorio.
El cierre de las 6 paradas de este miércoles llega después de que el mes de julio pasado el Ayuntamiento pidiera —sin éxito— a los propietarios que entregaran voluntariamente las llaves de los establecimientos. Ante la negativa, el Ayuntamiento puso en marcha la vía judicial para poder forzar el cierre y recuperó la titularidad. El consistorio recuerda, además, que en el Plan Especial de Ordenación de la Rambla, aprobado definitivamente en el 2016, ya no se contemplaba la continuidad de estas paradas.
Un litigio que viene de lejos
Los antiguos pajareros se conocen así porque la concesión original que se les otorgó el año 1971 y era para vender aves, jaulas y pienso en la Rambla. Una concesión de actividad por un periodo de 50 años, es decir, que caducó en el 2021. La primera incidencia se remonta el año 2003, cuando la ley catalana prohíbe la venta de animales en este tipo de establecimientos. Delante de eso, los años posteriores el Ayuntamiento busca una solución y el año 2010 se les concede un nuevo tipo de licencias diferentes que les permiten seguir en la Rambla, pero haciendo una actividad diferente, como es la venta de helados o recuerdos. Cuando se extinguieron formalmente las licencias —el año 2021— se crea un nuevo plan de ordenación de la Rambla, que supone el fin de su actividad. Delante de eso, los paradistas también presentan recursos y en el 2022 presentan una ILP para que el Mercado de los Pájaros de la Rambla de Barcelona se declare patrimonio cultural inmaterial de Catalunya. El Parlamento, sin embargo, rechaza en el 2023 tramitar la ILP, una decisión que los paradistas también llevaron a los tribunales.
Estas licencias se declaran nulas de lleno derecho el año 2023 por varios incumplimientos legales y procedimentales en la tramitación municipal. Además, según fuentes municipales, una diligencia del mes de julio del Tribunal Supremo dice que la sentencia es firme y, por lo tanto, ya no hay más recorrido y no pueden vender helados, recuerdos, etc.