Después de una jornada del martes intensa a raíz del desalojo de la Antiga Massana y las protestas en contra, especialmente una manifestación por la noche que se saldó con detenidos, barricadas y carreras, el Ayuntamiento de Barcelona ha cifrado en unos 19.000 euros el coste de los daños provocados por los manifestantes contrarios al desalojo de este centro social ocupado en el barrio del Raval. Este miércoles por la mañana, el consistorio ha evaluado los desperfectos teniendo en cuenta tanto la concentración de la mañana en torno al edificio como la manifestación de la noche que pasó por las calles del barrio, y han contabilizado 41 pintadas, que costarán 3.000 euros de limpieza, y 16 contenedores afectados, cuya reposición costará unos 16.000 euros.
La mayoría de incidentes tuvieron lugar en la manifestación de la noche, con unos 2.500 participantes, dos detenidos y algunas barricadas, así como cargas policiales por parte de los Mossos d'Esquadra. La movilización recorrió el barrio del Raval de Barcelona el martes por la noche bajo el lema Contra la dictadura de empresarios y políticos para protestar por el desalojo de la Antiga Massana, un espacio en la plaza de la Gardunya que desde 2020 estaba ocupado y se había convertido en un espacio cultural autogestionado. Poco después de las ocho y media, han empezado las cargas policiales de los Mossos d'Esquadra, cuando los manifestantes han querido romper el cordón policial, con el objetivo de reocupar la Antiga Massana, que estaba blindada también con equipos de orden público de la Guàrdia Urbana de Barcelona.
La manifestación de la noche fue el colofón de una jornada iniciada a las seis de la mañana cuando agentes de la Guàrdia Urbana de Barcelona, con autorización judicial, accedieron a la Antigua Massana, espacio ocupado desde 2020 y que es de propiedad municipal. El litigio hacía años que duraba, y desde 2021 el consistorio había solicitado el desalojo judicial. El mes de octubre de 2024 se ordenó vaciar el espacio, pero no fue posible por la "resistencia pacífica" con que se encontraron los técnicos municipales. Desde el Ayuntamiento se pidió el aval judicial y el martes, a pesar de no haberlo notificado previamente a las personas que gestionaban el inmueble, se accedió al espacio con agentes de la UREP, los antidisturbios de la policía local.
En el interior del inmueble ocupado no había nadie, pero había que vaciarlo antes de poder tapiarlo. El desalojo, que ya se intentó en octubre, se llevó a cabo con fuerza policial después de recibir la autorización judicial solicitada por el gobierno de Jaume Collboni, propietarios de esta antigua escuela que los últimos años, desde 2020, se había convertido en un centro de actividades culturales y sociales al barrio del Raval. A raíz del desalojo, durante la mañana se produjeron varios incidentes cuando un grupo de personas intentó romper el cordón policial en la zona de la calle del Hospital para acceder a la plaza, con cargas policiales, cinco detenidos y varios heridos.