La entrada del partido de ultraderecha Vox en el Ayuntamiento de Barcelona con dos concejales en las pasadas elecciones comportó que la mayoría de grupos con presencia en el plenario sumaran esfuerzos por arrinconar este partido por medio de un cordón sanitario que evite que Vox pueda hacer valer su posición en el consistorio para transmitir su mensaje político de extrema derecha. El pasado mes de noviembre, la comisión de Presidencia, Seguridad y Régimen Interior del Ayuntamiento de Barcelona aprobó el establecimiento de un "cordón democrático en contra de formaciones de extrema derecha", a partir de una proposición impulsada por Barcelona en Comú y que contó también con los votos favorables de TriasXBCN, PSC y ERC y el voto contrario del PP y Vox.
Cuatro meses después, la misma comisión, en la sesión de este miércoles, ha desplegado aquel acuerdo con la aprobación de un pacto que establece el mencionado "cordón democrático" después de consensuar entre las fuerzas que han votado a favor -los mismos que en septiembre- el contenido de este cordón sanitario para frenar la extrema derecha. En este sentido, el acuerdo declara el Ayuntamiento como una institución "libre de discursos de odio y donde no tengan lugar el racismo ni las discriminaciones de ningún tipo", y entre las medidas concretas hay la intención de impedir la presencia de Vox a la presidencia de los consejos de los distritos, a las comisiones de los consejos municipales y a las comisiones de estudio o de investigación que se puedan poner en marcha.
La iniciativa aprobada prevé no suscribir ninguna iniciativa de impulso y control con estos partidos y evitar que prosperen sus iniciativas y, asimismo, recoge el cambio que se efectuó en noviembre, según el cual las declaraciones institucionales ya no necesitan el voto unánime como hasta ahora, hecho que daba a Vox o a cualquiera otra formación derecho de veto, sino que ahora hace falta una mayoría cualificada. La propuesta ha sido defendida por la concejala de BComú, Jess Gonzàlez, que, según recoge 'Betevé', ha reclamado un Ayuntamiento "todavía más comprometido con la democracia, los derechos humanos y las diversidades". Por parte de Vox, en cambio, el presidente del grupo municipal, Gonzálo de Oro, ha tildado el acuerdo de "delirante y totalitario". Solo han apoyado a Vox los concejales del Partido Popular.
Hay que tener en cuenta que el pasado noviembre se aprobó el cordón sanitario contra la extrema derecha con un texto que instaba a las formaciones a "llegar a un consenso que, más allá de colores políticos, dé prioridad a los valores democráticos, cómo se hizo en el Parlament". Por eso, la propuesta aprobada hoy aporta consenso y concreción a un pacto que quiere evitar que Vox convierta su presencia al Ayuntamiento de Barcelona como un altavoz para difundir su discurso de extrema derecha.