Las últimas cinco paradas de los antiguos pajareros de la Rambla se han visto obligadas a cerrar este lunes por la mañana, una vez se les ha requerido la finalización de su actividad económica por parte de funcionarios del Ayuntamiento de Barcelona. El 21 de agosto pasado, el consistorio ya hizo cerrar seis de las once paradas existentes, mientras las otras cinco, que son todas del mismo propietario, han podido sobrevivir casi un mes más. Xavi Cuenca, propietario de estas cinco paradas, ha señalado que "durante el día de hoy recogeremos el material" y que, luego, entregará las llaves en el Mercado de la Boqueria, eso sí, sin dar por acabada la batalla judicial, ya que "ningún juez ha dicho que nuestras licencias estén agotadas".
Según ha relatado Cuenca en conversación con ElNacional.cat, a primera hora de la mañana se les ha dado el aviso que vendrían los funcionarios, y aunque la amenaza del cierre se cernía sobre las paradas desde hacía semanas, ha lamentado que no se les hubiera avisado con suficiente antelación, en especial con respecto a productos perecederos, como los helados de una de las paradas. Ahora bien, ante la presentación del orden de lanzamiento, Cuenca ha optado por "vaciar las paradas nosotros mismos", entre escenas de tristeza por parte de los trabajadores. "No nos queremos saltar la ley y hemos acatado y estamos vaciando las paradas" ha señalado el propietario, que tiene previsto, este lunes mismo, entregar las llaves de las paradas a la dirección del Mercado de la Boqueria.
Vía judicial abierta
Con todo, Cuenca ha señalado que la vía judicial "continúa abierta", y ha recordado que, a diferencias de las seis paradas que fueron cerradas en agosto, en su caso todavía hay recorrido judicial, ya que todavía se tiene que ver la causa en un juzgado de primera instancia para que evalúe si las licencias otorgadas por el Ayuntamiento están o no caducadas, y por lo tanto "en caso desfavorable, podríamos presentar recurso". Una diferencia notable con respecto a las otras seis paradas que ya han agotado a la vía judicial, pasando para el TSJC y con la causa archivada por el Tribunal Supremo, que asegura que en estos seis casos, las licencias de explotación de las paradas se tienen que dar por agotadas. Por eso mismo, Cuenca insiste en que seguirán defendiendo la vigencia de las cinco licencias, aunque a partir de este lunes tendrá que ser fuera de la Rambla.
Los antiguos pajareros se conocen así porque la concesión original que se les otorgó el año 1971 era para vender aves, jaulas y pienso en la Rambla. Una concesión de actividad por un periodo de 50 años, es decir, que caducó en el 2021. La primera incidencia se remonta al año 2003, cuando la ley catalana prohíbe la venta de animales en este tipo de establecimientos. Delante de eso, los años posteriores el Ayuntamiento busca una solución y el año 2010 se les concede un nuevo tipo de licencias diferentes que les permiten seguir en la Rambla, pero haciendo una actividad diferente, como es la venta de helados o recuerdos. Cuando se extinguieron formalmente las licencias —el año 2021— se crea un nuevo plan de ordenación de la Rambla, que supone el fin de su actividad. Delante de eso, los paradistas también presentan recursos y en 2022 presentan una ILP para que el Mercado de los Pájaros de la Rambla de Barcelona se declare patrimonio cultural inmaterial de Catalunya. El Parlamento, sin embargo, rechaza en el 2023 tramitar la ILP, una decisión que los paradistas también llevaron a los tribunales.