El 'Bar Bunkers', un local que había anunciado su inminente apertura en la calle de Mühlberg, una de las vías de acceso al recinto de la batería antiaérea del Turó de la Rovira, ni tiene licencia de bar, ni la tendrá, según han asegurado fuentes municipales citadas este viernes por Betevé, ante las quejas que había provocado entre los vecinos de la zona la colocación de los letreros del nuevo local en una zona muy tensionada por la masificación turística a causa de la atracción de la cima de la colina, donde están los mal llamados búnkeres del Carmel, que ahora tienen un cierre perimetral que impide el paso por la noche.

Según adelantó 'TotBarcelona', la apertura del local era inminente, y eso provocó el jueves por la tarde una reunión de urgencia del Consell Veïnal del Turó de la Rovira para informar al vecindario de la nueva amenaza que se cierne sobre la zona, donde últimamente incluso ha habido agresiones a vecinos y para alertar que el nuevo local pretendía instalar una terraza con la intención de abrir hasta las tres de la madrugada. "Consideramos que este tipo de negocios únicamente contribuyen a potenciar el turismo de borrachera en el Turó de la Rovira" señalaban desde el Consell Veïnal.

En todo caso, el Ayuntamiento ha apuntado que de momento los responsables del negocio no han pedido el permiso para la apertura del bar musical y ha añadido que en caso de que lo pidan se les denegará la licencia municipal, porque el local está ubicado en una zona calificada de renovación urbana, cosa que impide que pueda abrir un establecimiento de este tipo, ya que no se permitirá ninguna modificación en la licencia otorgada de un inmueble que está concebido para el uso residencial.

Zona tensionada

Hay que tener presente que la situación que se vive en la cumbre del Turó de la Rovira no ha mejorado desde la implantación del cierre nocturno del perímetro que rodea el espacio patrimonial de la batería antiaérea y que incluso ha empeorado últimamente, como pasó a mediados de junio, cuando uno de los vecinos de la calle de Marià Labèrnia, la que lleva al acceso principal a la batería, fue apaleado y robado por un grupo de jóvenes cuando los filmaba con el móvil cuando saltaban la valla. Como protesta, los vecinos organizaron una acción de protesta.

Según explicó el vecino agredido, los hechos tuvieron lugar el 21 de junio, cuando grabó "a un grupo de gente que saltaba la valla" y, de golpe, alguien que se identificó como "dominicano" exigió que no lo filmaran. Sin mucho tiempo a reaccionar, el vecino se vio "rodeado por dos personas, que me tiraron al suelo, me clavaron patadas en el pecho y me robaron el móvil". El vecino, de nombre Joan, tuvo que ir al hospital y después a poner denuncia en los Mossos d'Esquadra.