La situación de sequía ha tenido una afectación importante en la población de mariposas del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), según se desprende del quinto informe de resultados elaborado por el Observatorio Metropolitano de Mariposas mBMS, un proyecto de ciencia ciudadana impulsado por la AMB con la colaboración del Instituto Metròpoli y el centro de investigación en ecología CREAF, que analiza por primera vez los efectos de la sequía en las mariposas metropolitanas y concluye que en esta situación la abundancia de mariposas ha disminuido un 32,8% y en algunos casos entre un 50 y un 90%, mientras que la cantidad de especies en el conjunto del área metropolitana se ha mantenido.

A pesar de eso, la temporada 2024 está siendo buena gracias a las lluvias primaverales, y el Observatorio detecta una recuperación notable de las mariposas, con un número total muy por encima de la media de los últimos cinco años. Según ha informado el AMB este viernes, las mariposas se consideran organismos bioindicadores porque son capaces de reaccionar rápidamente a los cambios del entorno, y uno de los cambios que han sufrido durante el último año ha sido la situación de sequía. Precisamente, este carácter bioindicador es uno de los motivos por el cual el Observatorio Metropolitano de Mariposas mBMS estudia, con la ayuda de una cuarentena de voluntarios, estos polinizadores que viven en los parques y playas metropolitanos.

En este contexto, el quinto informe de resultados presenta una primera radiografía de la situación de las mariposas metropolitanas después de tres años de sequía y muestra que el número de ejemplares observados ha disminuido un 32,8% durante 2023 respecto de la media del proyecto. "Si normalmente los voluntarios cuentan 19 mariposas en cada muestreo que hacen en los parques y las playas, durante 2023 han contado 13, una tercera parte menos," certifica Joan Pino, director del CREAF, catedrático de ecología de la UAB y corresponsable científico del mBMS. El proyecto, sin embargo, ha arrancado este 2024 con buen pie y con muchas mariposas gracias a las lluvias primaverales.

Algunas pierden, otras ganan

Estos datos son una media para el conjunto de especies, pero, en detalle, el Observatorio ha detectado que tres especies han sufrido una disminución más importante que el resto. Es el caso del lobito listado (Pyronia cecilia), la mariposa ícaro (Polyommatus icarus) y la mariposa saltacercas (Lasiommata megera), con disminuciones del 90, 70 y 50 %, respectivamente. "El lobito listado prácticamente ha desaparecido de los parques y las playas. Si antes se veían unos 250 ejemplares cada año, en 2023 solo se contaron 30", recalca Pino.

El proyecto de ciencia ciudadana también ha detectado tres casos de especies que han aumentado durante la sequía, como la Leptotes pirithous, la canela estriada (Lampides boeticus) y la Colias crocea, con aumentos del 60, 35 y 10 %, respectivamente. "No obstante, las ganancias no compensan las pérdidas y, en general, las poblaciones de mariposas han disminuido, lo cual evidencia su papel como bioindicadores muy sensibles a las condiciones de sequía," aclara Elena Domene, jefa del área de Sostenibilidad de l'Institut Metròpoli y corresponsable científica del mBMS. La sequía, pues, "puede estar induciendo una selección de especies, ya que algunas pueden soportar mejor que otras estas condiciones tan extremas, o incluso sacar partido", afirma Pino.

A pesar de este panorama, el proyecto confirma que la sequía afecta más al número total de mariposas que la cantidad de especies ya que la cantidad incluso ha crecido y se han visto seis nuevas especies en 2023. Estas mariposas nuevas que los voluntarios han detectado por primera vez son escasas, singulares y propias de ambientes más naturalizados y maduros que las que se esperaría encontrar en parques metropolitanos: la nacarada (Argynnis paphia), la cejialba (Callophrys rubi), el festón blanco (Hipparchia fidia), el sátiro común (Hipparchia semele), la blanca esbelta (Leptidea sinapis) y la arlequín (Zerynthia piensa). Así, el proyecto ha registrado 44 especies durante el último año y, en los cinco años que dura, ha sumado 52 especies de mariposas observadas en los parques y playas metropolitanos, que corresponden al 25,6% de las especies detectadas en Catalunya.

Las lluvias hacen reavivar las mariposas

A pesar de la bajada drástica del número total de mariposas observadas en el 2023, las lluvias de esta primavera han cambiado la situación. Los datos preliminares obtenidos son claros: "Si durante estas fechas acostumbrábamos a ver unas 12 o 13 mariposas por término medio en cada visita, ahora se ven 29", afirma Domene. Son unas cantidades muy por encima de la media de los últimos cinco años de proyecto.