"Es un alquiler muy elevado". Con estas palabras, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha justificado en RAC1 que el Ayuntamiento deje de pagar el alquiler del local del Banco Expropiado porque esto representan 5.500 euros mensuales de dinero público, y ha aprovechado para condenar los disturbios que se han vivido esta noche en Gràcia porque "la violencia no es el camino" y "los vecinos y vecinas del barrio de Gracia no se merecen todas estas destrozos".
Colau ha cargado contra el anterior gobierno municipal de Xavier Trias por haber decidido de escondidas, "sin decirlo a nadie" y cuando se acercaban las elecciones municipales de ahora hace un año, pagar este alquiler. También ha puesto sobre la mesa que ni siquiera comentarlo con los okupas, sólo con el propietario, y que, por ello y por el alto coste del local, "los ocupantes no querían que se pagara este alquiler desorbitado".
De este modo, del contrato que el exalcalde había firmado con la inmobiliaria sólo ellos dos tenían conocimiento. Cuando Colau llegó al gobierno, se lo encontró y entonces se puso de acuerdo con el propietario para dejar de pagar, hecho que lo empujó a volver a recorrer el caso en los juzgados como ya había pasado un año antes.
Pero que el consistorio dejara de pagar el alquiler, no quiere decir que se desentendiera de las obras sociales que se llevaban a cabo en el local, como recogidas de alimentos o diferentes talleres para los vecinos del barrio. Colau los ha propuesto buscar un local alternativo y que sea propiedad del Ayuntamiento para dar continuidad a estas actividades, pero ella misma ha revelado que "no se ha querido hacer".
El Ajuntament no interviene
La alcaldesa de Barcelona ha querido dejar claro que el consistorio no interviene en el desalojo, pero eso no quiere decir que se desentiendan porque "había muchos vecinos y vecinas que estaban molestos y que reivindicaban un espacio social a la manifestación de ayer porque recogían alimentos", entre otras cosas.
Es por ello que ha mostrado su disposición a ayudarles a buscar un nuevo espacio y ha lamentado que lo único que buscan las inmobiliarias "es hacer negocio".
En este sentido, ha aprovechado para recordar que uno de los conflictos permanentes que tiene el consistorio es acabar con los pisos vacíos de la capital catalana. "Hay una situación general en la ciudad que es que hay muchos locales vacíos por los precios de las viviendas para hacer negocio y eso es malo para la ciudad", ha condenado.