La Ponencia de Nomenclátor de Barcelona ha aprobado el cambio de denominación del paseo Marítim de la Barceloneta, que va entre la plaza del Mar y la calle de la Marina, por el nombre de paseo Marítim de la Barceloneta-Oriol Bohigas, para homenajear al reconocido arquitecto y urbanista barcelonés, que murió en noviembre del año pasado a los 95 años. La nueva denominación da respuesta así a la voluntad del consistorio de recordar quien fue uno de los artífices de la idea de la Barcelona abierta al mar que transformó la ciudad y fue clave en la presentación de Barcelona al mundo durante los Juegos Olímpicos de 1992.
De hecho, Bohigas recibió varios reconocimientos por su obra barcelonesa, entre ellos un premio FAD por el diseño del Port Olímpic y, además, fue delegado y consejero municipal de urbanismo en Barcelona. También fue concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona hasta 1994. Nacido en Barcelona en 1925, en 1943 ingresó en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, donde se gradúa en 1951. En 1963 consigue el título de Doctor Arquitecto. También fue miembro fundador del grupo editorial Edicions 62 y presidente de la Fundació Joan Miró. Durante ocho años fue presidente del Ateneu Barcelonès, tiempo durante el cual se llevó a cabo la restauración y mejora del edificio y de su biblioteca.
Asimismo, Bohigas es Medalla de Oro al Mérito Artístico de la Ciudad de Barcelona y Premio Ciudad de Barcelona a la Proyección Internacional. En 2008 recibió el Premio Nacional de Arquitectura y en 2011 fue galardonado con el Premio Nacional de Cultura a la Trayectoria Profesional y Artística de la Generalitat. Entre las obras del estudio de Bohigas (MBM Arquitectos) más recientes en Barcelona se encuentra la renovada estación de Metro de Liceu, el edificio de oficinas de RBA Editores, la Vila Olímpica y el Port Olímpic de Barcelona, o el edificio del Disseny HUB de Glòries. Unas semanas después de su muerte, el Ayuntamiento de Barcelona homenajeó su figura en un acto en el Saló de Cent en el que amigos, familiares y colegas de profesión glosaron su obra.
Más allá de su tarea como urbanista, desde donde pudo desarrollar la transformación de la Barcelona preolímpica hasta convertirse en un referente mundial, abierta al mar, higiénica y esponjada -y modelo que intenta emular el actual gobierno municipal-, sus construcciones a través de su estudio MBM Arquitectes junto con Josep Martorell y David Mackay, han dejado huella en edificios de viviendas, oficinas, museos y centros comerciales que forman parte de la vida cotidiana de los barceloneses. Desde el Disseny Hub de la plaza de las Glòriess hasta la ampliación de El Corte Inglés de la plaza Catalunya, su obra arquitectónica puede causar admiración o desencanto, pero difícilmente pasan desapercibidas en una ciudad que le debe en Bohigas el impulso de la Vila Olímpica, la reconversión de los cuarteles Roger de Llúria en la actual UPF o incluso el sentido cosmopolita que impregnó la Barcelona del cambio de siglo.