Buena noticia para la restauración de toda la vida. El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado por unanimidad una moción para adecuar las licencias de actividad de bares y restaurantes históricos para que estos no se vean obligados a bajar la persiana. El objetivo de la propuesta es garantizar que los locales "emblemáticos y singulares" puedan mantener la actividad y, de esta manera, intentar asegurar la continuidad y el relevo generacional. La iniciativa aprobada defiende que todos los locales de restauración de la ciudad con las características recogidas al texto forman parte del patrimonio tangible e intangible de la capital catalana y, por lo tanto, hay que reconocerles la trayectoria y se les tiene que permitir seguir llevando a cabo la actividad.
En este sentido, el portavoz adjunto de Esquerra e impulsor de la propuesta, Jordi Coronas, ha señalado la contradicción que se da con algunas normativas vigentes en el consistorio que, por un lado, señalan el "valor intangible e incuestionable" de estos locales, y de otro "los dejan en un vacío legal y amenazan con hacerles desaparecer por el hecho de no adaptarse".
Locales que no podrían renovar la licencia de actividad
Los locales que se incluyen dentro de la moción son o bien establecimientos centenarios que operan sin licencia de restaurante o bien locales a los que para renovar el permiso de actividad se les obliga a eliminar elementos históricos, como marquesinas o terrazas. "Si bien hay que hacer cumplir la normativa, esta ha de ser susceptible de prever excepciones o bien adaptarse y respetar la realidad histórica de la ciudad", ha dicho Coronas en la Comissió d'Economia i Hisenda del Ajuntament, celebrada este miércoles.
También ha añadido que "además de velar por la seguridad jurídica de estos establecimientos, hay que hacer un seguimiento esmerado para garantizar la continuidad y el relevo generacional, ya que son parte de la esencia de Barcelona". En la capital catalana ya hay 200 catalogados establecimientos emblemáticos, una cifra que, según Coronas, tendría que ampliarse con más "establecimientos singulares".
Establecimientos que han dicho adiós
Un montón de establecimientos históricos de la ciudad han cerrado los últimos años. El bar Versalles, uno de los más míticos de Barcelona, cerró las puertas el pasado julio después de 110 sirviendo en el barrio de Sant Andreu. Abierto desde 1915, era uno de los más queridos por el público local. El motivo del cierre fue la subida del alquiler, que llegó hasta los 10.000 euros mensuales. Otro ejemplo es el del cocinero Fermí Puig, que hasta la primavera pasada estuvo al frente del restaurante que llevaba su nombre. En este caso, el motivo fue la jubilación.