Barcelona es la capital europea de ketamina en aguas residuales, según el informe anual del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías — un estudio realizado en más de cien ciudades del bloque comunitario. Para más inri, las aguas residuales de Tarragona presentan el segundo nivel más alto de restos de cocaína de Europa (solo por detrás de Amberes, Bélgica). En este ranking, Lleida está en octava posición y la capital catalana se sitúa en la decimocuarta. Con cinco ciudades, el estado español es el país más presente a la lista. De hecho, es uno de los países europeos con más cocaína, MDMA, cannabis y ketamina en aguas residuales.
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En este sentido, Barcelona ocupa la tercera posición del ranking europeo de cannabis en aguas residuales — solo por detrás de Ginebra y de Ámsterdam. El top 20 de esta clasificación lo cierran dos ciudades catalanas: Lleida, en la decimonovena posición; y Tarragona, en la veintena. Curiosamente, hay pocos restos de anfetamina en las aguas residuales catalanas: ninguna ciudad aparece entre las veinte primeras del ranking europeo. Eso sí, la capital catalana se sitúa en decimocuarta posición en el ámbito europeo con respecto a la metanfetamina y en la novena con respecto al MDMA.
Un estudio europeo sobre drogas
Volviendo a la ketamina, Barcelona es la única ciudad catalana o estatal que aparece en el top veinte de Europa. En Catalunya, solo en Lleida aparecen también residuos de este estupefaciente. También hay que decir que Tarragona es la ciudad estatal donde hay más presencia de anfetamina (por delante de Lleida y Barcelona), aunque no entra en las veinte primeras ciudades del ranking europeo.
En el proyecto, se han estudiado las aguas residuales de 104 ciudades europeas de 21 países (veinte de la Unión Europea y Turquía) — entre las cuales hay Barcelona, Tarragona, Lleida, Santiago de Compostela, Valencia y Castellón. El objetivo era estudiar los hábitos de consumo de drogas de los habitantes durante una semana entre marzo y abril del 2022. Se han analizado muestras de aguas residuales de unos 54 millones de personas, en búsqueda de cinco drogas: cocaína, anfetamina, metanfetamina, MDMA, ketamina y cannabis. Los resultados han mostrado un aumento continuado de las detecciones de cocaína, una tendencia observada desde el 2016 — a pesar de la fluctuación durante los confinamientos del 2020 por la covid-19. La situación de la metanfetamina también parece evolucionar, con más ciudades que han detectado restos de la droga. El panorama es "desigual" para la anfetamina, el cannabis y el MDMA. Aunque las detecciones varían considerablemente entre las diferentes ciudades, las seis drogas investigadas se han encontrado en casi todas las ciudades. "El estudio dibuja un panorama de un problema de drogas tan extendido como complejo", dice al director del observatorio, Alexis Goosdeel.