La historia contemporánea de Barcelona no se puede desligar de su componente como destino turístico. Expresado de otra manera, la conversión de la ciudad como espacio visitable es un componente vital de su recorrido histórico reciente. A lo largo de los siglos, Barcelona, como puerto principal del Mediterráneo y punto de conexión de la costa con el interior ha sido punto de llegada de todo tipo de visitantes, no únicamente con propósito turístico, sino a menudo comercial, en una línea que une a los comerciantes medievales con los asistentes a los congresos más actuales. Y una pieza imprescindible para esta evolución han sido sus establecimientos hoteleros, de los cuales la ciudad cuenta ahora con casi cuatrocientos.

Asimismo, como culminación del gran punto de destino turístico en que se ha convertido la ciudad -un hecho que genera también sus externalidades negativas-, Barcelona ha desarrollado un entramado hotelero que se adentra en la propia historia de la ciudad. Barcelona es una ciudad de hoteles centenarios, ya que cuenta con veintiuno que mantienen nombre y ubicación de hace más de cien años y trece más que están situados en espacios donde hace un siglo ya había hoteles, aunque a lo largo del tiempo han cambiado la estructura y denominación y no se ha mantenido la continuidad. Un legado centenario que forma parte del patrimonio de la ciudad.

El libro Hotels de Barcelona (Albertí Editor, 2024) narra la evolución del sector hotelero fijándose en tres momentos históricos, situados en los años 1849, 1888 y 1929, y hace un recorrido por los hoteles centenarios de la ciudad, además de recordar que el vigente Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT) marca una política de decrecimiento en el centro de la ciudad que en algunos casos ha bloqueado ampliaciones de estos establecimientos centenarios. Su autora, Josefina Romero (Barcelona, 1953), especialista en los factores que inciden en la ubicación de los establecimientos hoteleros, marca como hitos históricos 1849, "cuando todavía no se había iniciado una serie de reformas urbanísticas que preveían la futura expansión de la ciudad" y los años de celebración de las grandes exposiciones, la Universal de 1888 y la Internacional de 1929.

Vestíbulo y patio de la Fonda Oriente antes de la reforma de 1881, según un dibujo de Pau Febrés realizado en 1880 / Foto: AHCB
El Hotel Continental, en la esquina de la plaza de Catalunya con la Rambla, hacia 1906 / Foto: Albertí Editor
La plaza del Àngel, presidida por el Hotel Suizo / Foto: Albertí Editor

A partir de estos tres hitos se va completando el dibujo histórico de los hoteles en una ciudad que pasa de recibir sobre todo viajes con propósitos comerciales a mediados de siglo XIX a dar el salto hacia el turismo tal como lo entendemos ahora con iniciativas como la Sociedad de Atracción de Forasteros, creada en 1908. Así, los hoteles evolucionan de edificios con cuadras para los animales, herederos de las alhóndigas medievales, que combinaban hospedería con almacenes de productos, a los establecimientos cada vez más refinados y lujosos. En paralelo, se expanden de los primeros espacios de centralidad de la Barcelona intramurallas -Pla de Palau y otros portales como puntos de entrada de la ciudad-, para ir conquistando progresivamente el Eixample más central en torno al paseo de Gràcia, y siempre manteniendo una importante presencia en la Rambla.

Hoteles centenarios de todos los tipos

Si la evolución de la hostelería entre 1849 y 1929 protagoniza el cuerpo central del libro, no menos interesante es el apartado final que se refiere a los hoteles centenarios en activo el año 2022. La autora los clasifica en dos apartados, la primera, la de los centenarios con todos los honores: "De los casi cuatrocientos hoteles que hay actualmente en Barcelona, hay veintiuno que mantienen el mismo nombre y ubicación que hace cien años -o más-, a excepción del Hotel Ritz, que actualmente se denomina El Palace". Se trata de hoteles de todas las categorías, desde los de una estrella hasta los de cinco con categoría de gran lujo.

En este apartado se incluyen los siguientes establecimientos, del más antiguo a los más modernos, aunque los tres últimos no llegarán al centenario hasta los años 2025 y 2026: Cuatro Naciones; Oriente Atiram; Sant Agustí; Comercio; España; Peninsular; El Jardí; Continental; Condal; Rambla Internacional; Suizo; París; Catalunya; Nouvel Hotel; Regina; Majestic/SPA; Moderno; El Palace; Florida; Lloret, e Inglés.

Cubierta del libro 'Hotels de Barcelona / Foto: Albertí Editor

En la segunda categoría reseñada se incluyen trece hoteles "instalados donde en 1929 ya había un establecimiento hotelero -y así consta en las guías- pero que han cambiado de nombre -y quizás de estructura- a lo largo del tiempo", que son los siguientes: Europa; Ópera Ramblas; Hostal Palermo; Petit Palace; Kabul Party Hostel; Roma Reial; Rialto; Gòtic; Hostal Mare Nostrum; Cram, Gran Hotel Havana; Aspasios 42 Suites, y Arai Aparthotel.

El PEUAT, sometido a reconsideración

Como colofón de este recorrido, la autora reclama una reconsideración del PEUAT al menos en un caso muy concreto, el del proyecto de recuperación del Hotel Cuatro Naciones, que si encabeza la lista de los centenarios es porque es el hotel más antiguo de la ciudad, fundado en 1717, situado actualmente en el número 40 de la Rambla, pero que históricamente había ocupado también la finca adyacente. En este sentido, Romero apunta que el proyecto de recuperar el espacio que el hotel había tenido en el número 38 de la Rambla "ha quedado vetado por el polémico plan PEUAT del gobierno municipal de la ciudad". "Lo consideramos una noticia triste, ya que supone la pérdida definitiva de una parte del patrimonio de la ciudad", señala la autora, para remachar, ya en las páginas finales del libro 'Hotels de Barcelona' que el PEUAT "tendría que considerar que la recuperación de la superficie perdida no tiene que ser considerada como una ampliación, ya que de hecho se trata de una recuperación patrimonial." Quizás el actual gobierno municipal asuma esta petición.

Imagen principal: Entrada y letreros de la Fonda Llobregat, en la riera de Sant Joan, calle desaparecida por la apertura de la Via Laietana / Foto: AFB