Es habitual encontrar en los medios de comunicación, incluido este, artículos y reportajes sobre las curiosidades de Barcelona, con alusiones a aquella construcción que resiste a pesar del paso del tiempo, aquel personaje amado que recibe el homenaje de los vecinos o aquel museo desconocido que esconde tesoros en sus salas. En cambio, no es tan habitual cambiar el concepto y en vez de profundizar en las curiosidades de la ciudad, interpelar a la curiosidad de la misma ciudad y sus vecinos, y eso es del que han hecho los autores Carlota Rubio y Alfons Cornella en la obra Barcelona es curiositat (Ajuntament de Barcelona, 2023), que reflexiona sobre como la curiosidad se convierte en motor de progreso de Barcelona.

Portada del libro 'Barcelona és curiositat' / Foto: AjBCN

A través de una cincuentena de entrevistas personales a los más variados personajes que integran la ciudad, desde la payasa Angie Rosales hasta el músico Josep Ponsà, pasando por el programador Ruben Aparicio, la psicóloga Alba Cardalda, la panadera Anna Bellsolà y el librero Xavier Vidal y complementado con artículos de aspectos ciudadanos como la existencia del Triángulo Friqui -paseo de Sant Joan, Arc de Triomf y ronda de Sant Pere-, la vivienda cooperativa La Borda, el festival musical Sónar o la multipremiada Biblioteca Gabriel García Márquez, la obra se interroga sobre la capacidad de la ciudad para avanzar apelando, precisamente, a la curiosidad y como esta es la clave de su progreso.

Así, los autores construyen un retrato coral y multidisciplinar de Barcelona, que abraza desde la neurociencia hasta las artes, pasando por la educación, la emprendeduría, la innovación, las acciones sociales, la alimentación, la cultura y la arquitectura con un objetivo común, el de buscar proyectos -algunos personales y otros comunitarios- pensados para la gente y para un futuro mejor. Tal como expone Rubio en el texto introductorio, preguntar que es la curiosidad para los habitantes de Barcelona, obtiene respuestas en dos ejes básicos, el de "la importancia de un entorno propicio como condición necesaria para desarrollar la curiosidad" y "la importancia de los referentes y la educación".


"Nuestra hipótesis es que la ciudad ha tenido la suerte de disponer a lo largo de su historia de gente curiosa en múltiples disciplinas (arte, ciencia, música, negocios, emprendeduría, educación, etc.) y que ha estado, y es, esta curiosidad de su gente lo que impulsa el motor de la ciudad", indica Cornella también en las páginas iniciales de libro. "Decía Mark Twain que un hombre está loco hasta que gana dinero con sus ideas; entonces es un visionario", apunta el inventor Pep Torres, uno de los entrevistados en el libro, en una reflexión que sirve, precisamente, para entender el objetivo del libro, el de explicar cómo Barcelona ha llegado a donde está gracias a la imaginación y emprendeduría de la gente, dos cualidades espoleadas, obviamente, por una curiosidad que se convierte en un atributo muy barcelonés.