La Ponencia de nomenclátor de Barcelona ha anunciado recientemente la intención de situar un atril de memoria en la avenida del Estadi, delante de donde actualmente hay los jardines de Ramon Margalef López -también denominado Jardí d'Aclimatació-, entre las Piscines Picornell y el Estadi Olímpic Lluís Companys, en recuerdo de la ubicación original de la Torre de Suecia, un elemento que formaba parte del pabellón sueco construido con ocasión de la Exposición Internacional de 1929 y que, a pesar de ser cedido al consistorio barcelonés, acabó en Berga, donde actualmente hay una reconstrucción que recoge el espíritu original. Esta es su azarosa historia.
Como ya es suficientemente conocido, la Exposición de 1929 sirvió para urbanizar la montaña de Montjuïc, en especial la parte tocando a la plaza de Espanya. En el entorno de la actual Anella Olímpica -dónde se construyó el estadio olímpico para dar cabida a las secciones deportivas de la exposición- se situaban varios pabellones, uno de los cuales era el que representaba a Suecia. En concreto, se trataba de una construcción en forma de paralelepípedo, la singularidad de la cual era que estaba construido en madera, al cual se añadía una singular torre piramidal, también de madera, coronada por tres círculos de madera sobrepuestos. Diseñado por el arquitecto sueco Peder Clason y de estilo neoplasticista, fue construido en la localidad sueca de Örbyhus y trasladado a piezas en barco en Barcelona. Como otros pabellones estatales, como el Mies van der Rohe alemán, su propósito era el de mostrar los avances tecnológicos y artísticos de aquel país.
Acabada la exposición del 29, el gobierno sueco optó por donar el pabellón a la ciudad de Barcelona, que solo tres años después, en 1932 y ya en época republicana, optó por cederla a aquel ayuntamiento que garantizara el uso como escuela para niñas con necesidades sociales en pueblos de montaña. Con el fin de decidir el destino del pabellón y la torre, se abrió un concurso en las localidades situadas además de 500 metros de altitud, al cual se apuntaron diecisiete localidades. Berga resultó ganadora y, por lo tanto, la construcción sueca fue desmontada y trasladada a la capital del Berguedà, donde fue reconstituida en el Pla de l'Alemany, entonces en las afueras de la localidad, donde hizo la función de colonia escolar para niñas.


En concreto, y según recoge Gerardo García-Ventosa i López en el extenso artículo '1928-2008: Ochenta años de historia del Pabellón de Suecia de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929', aquel centro funcionaba como Colònia Escolar Permanent, en invierno acogiendo niñas de la misma Berga y en verano niñas con necesidades sociales enviadas por el Ayuntamiento de Barcelona. En esta etapa escolar, el pabellón fue reconvertido en un colegio, con ocho aulas, biblioteca y una sala polivalente, además de contar con un edificio adyacente con dormitorio, cocina y comedor, mientras que la torre se aprovechó para situar un observatorio meteorológico.
De escuela a cuartel militar
Ahora bien, en 1939, con la victoria del bando franquista en la Guerra Civil, aquel proyecto destinado a la educación femenina fue abandonado y la edificación fue ocupada por militares en el marco del Cuartel de Berga, situada en un edificio adyacente actualmente reconvertido en hotel. Según la ficha del Buscador del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Catalunya, el pabellón fue utilizado como establo hasta que el año 1964 todo el complejo sueco fue demolido -según el artículo citado más arriba, para utilizar la madera para alimentar la calefacción del cuartel e incluso para montar barracones en el acuartelamiento de Talarn- y el solar se destinó a otros usos dentro de las instalaciones militares hasta el año 1993, cuando el ejército español se marchó de la capital del Berguedà.


Una vez se marchó el ejército y el ministerio de Defensa donó el recinto al municipio, desde el Ayuntamiento de Berga se optó por recuperarlo para usos civiles con equipamientos sociales, culturales y administrativos, y el año 1998 se acordó la reconstrucción del pabellón y la torre. El año 2001 se inauguró el pabellón recuperado en el mismo emplazamiento que el original, aunque no se recuperó su función escolar. Actualmente, aloja el Arxiu Comarcal del Berguedà, el Casal d'Europa y una sala de conferencias y exposiciones. Un poco más tarde, en 2008, la torre también fue reconstruida, completando así la réplica de las antiguas instalaciones
Una recuperación discutida
La recuperación del pabellón y la torre no estuvieron exentas de polémica, dado que se habían cambiado los usos y que, a diferencia de los edificios originales, hechos íntegramente en madera, en las réplicas se optó por añadir estructuras metálicas. Todavía más, el año 2017 y después de que la torre sufriera una serie de desperfectos, la asociación Amics de la Torre de Suècia hizo campaña para levantar otra vez la torre en Barcelona, en su emplazamiento de 1929 y con los materiales originales, tal como se había hecho unos años antes con el pabellón de Mies van der Rohe, que también es una réplica. De momento, y a punto de celebrar el centenario de la exposición, lo único previsto es situar un atril de memoria...