La plaza de Urquinaona no pasa por ser de las más bonitas de Barcelona. A pie de calle no es más que el cruce de varias vías, un punto vital de conexión entre Ciutat Vella y el Eixample con unos espacios ajardinados en un centro dividido por el paso de la ronda de Sant Pau. Con respecto a la movilidad es un contínuum de tránsito rodado y queda por ver si la reurbanización de la Via Laietana reducirá el paso de coches o, justo lo contrario, lo incrementará. Arquitectónicamente, tampoco tiene nada especial a excepción del edificio que hace esquina con la calle Roger de Llúria, justo delante de la embocadura de la calle de Ausiàs Marc.
Es la Torre Urquinaona, un rascacielos de estilo racionalista y estética brutalista que no pasa desapercibido, pero no necesariamente por las formas del edificio, sino más bien por el impacto que genera su presencia en un primer Eixample donde son frecuentes los edificios de viviendas hechas construir por la burguesía que, a finales del siglo XIX, huía de la abigarrada Barcelona intramurallas y se esparcía por un Eixample más limpio e higiénico. La Torre Urquinaona es ciertamente posterior, construida por los arquitectos Antoni Bonet Castellana y Benito Miró Llort -miembro del GATCPAC durante la II República- entre los años 1966 y 1975, dentro de un plan tardofranquista de llenar el centro de la ciudad de rascacielos.
Por suerte, la Torre Urquinaona, fue el único rascacielos construido justo en el centro, y haciendo de la necesidad virtud, aunque su estética no es de las más agradecidas de la ciudad, lo cierto es que su secreto está en el interior. Con 22 plantas y 70 metros de altura y con unos ventanales panorámicos, la Torre Urquinaona ofrece las mejores vistas posibles desde el centro de la ciudad, y eso tuvieron oportunidad de disfrutar a las 1.250 personas que lo visitaron en la pasada edición del certamen de arquitectura Open House. De hecho, de aquella experiencia nace 'Unlimited Barcelona', el nombre comercial del nuevo mirador de acceso público -previo pago- situado justo en el centro de Barcelona.
Apertura, el 12 de marzo
Así, a partir de este sábado 12 de marzo, la planta 20 de la Torre Urquinaona quedará abierta al público, con la voluntad de convertirse en el "gran mirador urbano de Barcelona", según definición de Mireia Bessó, directora general de Unlimited Barcelona. "La experiencia del Open House nos convenció a abrirlo al público", ha explicado en la presentación del mirador, que permitirá aprovechar unos espacios que entre semana sirven para acontecimientos de carácter empresarial bajo la denominación 'The 19th Hole', que incluye también espacios en las plantas 17 y 19 del edificio, pero que prácticamente no tenían ningún uso ni los fines de semana ni los meses de julio y agosto.
El nuevo mirador ofrece, desde la planta 20 y con un espacio de 500 metros cuadrados, una visión panorámica de casi 360 grados a través de grandes ventanales, que permiten ver prácticamente toda Barcelona desde el mismo centro de la ciudad. Vistas de proximidad para descubrir el trazado rectilíneo del Eixample en contraposición con el laberinto de Ciutat Vella, complementadas por una audioguía y exposiciones de arte temporales en el interior. Todo un nuevo reclamo, que quizás acabará incluido en el circuito turístico de la ciudad, pero que también es de interés para el visitante local, necesidad de nuevas experiencias dentro de la misma ciudad.
Precios y horarios
El mirador de la Torre Urquinaona abrirá al público los fines de semana y festivos de 10 a 22 h, también durante las vacaciones de Semana Santa y Navidad y cada día durante los meses de julio y agosto. Las entradas hay que adquirirlas en la web del mirador y son en horario fijado, ya que cada visita, de unos cuarenta minutos de duración, está reservada a grupos de 25 personas. Con respecto a los precios, la entrada general de adulto es de 12 euros e incluye una copa de cava -para mayores de dieciocho años-, y hay descuentos para niños de 5 a 14 años, mayores de 65 años, personas con movilidad reducida y paquetes de 4 entradas. Los menores de 5 años no pagan entrada.
Además de la entrada general, hay dos modalidades más, la entrada Puesta de Sol, para visitar el mirador al anochecer y ver cómo la ciudad se oscurece, a un precio de 22 euros, y la entrada Nigths & Drinks, a 24 euros, que permite ver la ciudad de noche e incluye una copa. Y en todas las modalidades, la posibilidad de ver elementos de la ciudad como la Sagrada Familia, las Torres Olímpicas o Montjuïc, y todo lo que hay por el medio. Casi se pueden tocar con la mano.