El solar del antiguo teatro Talia, situado en la avenida Paral·lel, 100, esquina con la calle Borrell, se utilizará para construir pisos sociales una vez el pasado 17 de diciembre se hizo efectiva la expropiación de la finca, de unos 785 m² de superficie, por un precio de 5,7 millones de euros (IVA incluido). Según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona, el distrito del Eixample ya tiene previsto celebrar próximamente una reunión con las entidades y la plataforma que han luchado por la recuperación del espacio durante años. El objetivo será decidir la urbanización provisional del solar teniendo en cuenta la demanda expresada, de manera reiterada, de dotarlo de usos provisionales hasta que se levante el edificio de vivienda dotacional y equipamientos que se tiene que proyectar.
De hecho, el compromiso del gobierno municipal es que el solar, que se encuentra actualmente sin edificar, no esté sin empleo, una vez la titularidad es municipal, y convertirlo a corto plazo en un espacio de estancia y de encuentro para el disfrute del vecindario del barrio de Sant Antoni. Así, entre 2018 y 2019, el Ayuntamiento sacó adelante dos instrumentos urbanísticos que preveía que estos terrenos pasaran a ser públicos y los calificaba de vivienda dotacional y equipamientos para el vecindario. El objetivo es dar respuesta a las necesidades de disponer de vivienda y servicios de barrio en el Eixample, el territorio con más habitantes de la ciudad y con una densidad más alta que la media.
Ahora la intención del Ayuntamiento es hacer vivienda destinada a colectivos específicos como jóvenes y personas mayores, y explorar métodos de construcción industrializada que permitan reducir los plazos de ejecución y el impacto ambiental de la obra. Según los planes vigentes, la altura máxima del edificio será de planta baja más seis plantas, con una superficie máxima edificada de 5.345 m². La propuesta que hay sobre la mesa, compartida con el vecindario, es construir un equipamiento cultural por el barrio en planta baja, y hacer los pisos dotacionales en las plantas superiores. Una vez hecha la expropiación y los trámites administrativos correspondientes, el Instituto Municipal de la Vivienda y Rehabilitación de Barcelona (IMHAB) trabajará a poder elaborar una propuesta de construcción de vivienda industrializada que se podrá llevar a cabo ya de cara al próximo mandato.
El objetivo es dar respuesta a las necesidades de disponer de más vivienda y servicios de barrio en el Eixample, el territorio con más habitantes de la ciudad –el 16,4%– y que cuenta con una densidad más alta que la media. Además, el distrito concentra una gran actividad económica y una mixtura de usos que conviven estrechamente en un tejido histórico, compacto y muy consolidado que dificulta encontrar nuevos espacios para uso público para garantizar una oferta de vivienda y de equipamientos públicos de proximidad indispensables para una adecuada calidad de vida del vecindario. En el caso concreto del Eixample, desde el 2015 se ha multiplicado por diez el número de viviendas públicas gestionadas por el Ayuntamiento y dedicadas a alquiler social y asequible. Se ha pasado desde sólo 46 a 449 en la actualidad, además de las fincas en obras o que se iniciarán próximamente (cerca de 300 viviendas más).
Teatro de 1900
El teatro Talia fue inaugurado el 4 de agosto de 1900 y estuvo en activo hasta abril de 1987. Poco después del cierre, un incendio estropeó todo el edificio, que posteriormente fue derribado, de manera que hace más de tres décadas que no había más que un solar en desuso oculto tras vallas publicitarias que lo rodean por los lados que dan al Paralelo y la calle Borrell. A lo largo de su historia tuvo diferentes nombres, como Teatro de las Delicias, de 1900 a 1906; Teatro Lírico, entre 1906 y 1913; El Trianon, de 1913 a 1915; Madrid-Concierto de 1915 a 1921; El As de 1921 en 1924 y Teatro Talia a partir de 1924, hasta 1982, cuando pasó a llamarse Teatro Martínez Soria.
La sala, que también fue utilizada como cine en varios periodos de su historia, acabó siendo propiedad del actor y empresario Paco Martínez Soria, que alternó el teatro, la revista y la zarzuela con el cine y que finalmente bautizó la sala con sus propios apellidos. Entre las obras más recordadas hay que destacar la interpretación de 'Violines y trompetas' de Santiago Moncada, en cartel durante tres años y protagonizada por los actores Fernando Guillén y Paco Morán.