Después de que el pasado julio se dio a conocer que Barcelona ostentaría la Capital Mundial de la Arquitectura UIA-Unesco el año 2026 y al mismo tiempo acogería el Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) se hizo necesario empezar a trabajar en "salto de escala", según definición de la segunda teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, para convertir la ciudad en un referente de arquitectura bajo la premisa que "arquitectura es cultura". El cambio más tangible, de momento, es la reconversión de la habitual Semana de la Arquitectura en un festival, un certamen mucho más ambicioso y con el objetivo de perdurabilidad que se denominará Model, Festival d'Arquitectures de Barcelona.
Este nuevo festival, que de alguna manera busca ser la línea de contacto entre la ciudadanía y la próxima capitalidad de la arquitectura, se celebrará del 5 al 15 de mayo y que coincidirá con la entrega del Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea – Premio Mies van der Rohe 2022, que tendrá lugar el 12 de mayo en el pabellón del arquitecto en Montjuïc y por el cual optan dos edificios catalanes como finalistas, el edificio Pisa de Cornellà de Llobregat en la categoría general y el edificio la Borda de Barcelona en la categoría emergente. Todo ello busca ser un primer paso en la conversión de la ciudad como referencia de la arquitectura.
Límites de Ciutat Vella y el Eixample
Sobre el terreno, el Model se materializará principalmente en toda la zona que limita los distritos de Ciutat Vella y el Eixample, es decir, principalmente en las antiguas rondas que sucedieron las viejas murallas medievales. La intención es organizar parte de las actividades en espacios y equipamientos situados en un circuito de siete kilómetros que seguirá el trazado de las rondas de Ciutat Vella como espacio histórico de transición y experimentación a partir de una conceptualización que quiere destacar valores como el recrecimiento, la resituación, la reutilización, el replanteamiento y la rediversificación como manera de repensar el futuro de la ciudad.
En este sentido, en un recorrido que dará la vuelta a Ciutat Vella a lo largo de siete kilómetros con la intención de dar forma a "un circuito que nos ayude a andar y que ayude a reflexionar pero que también sea una fiesta", según ha detallado la arquitecta Eva Franch i Gilabert, que junto con la también arquitecta Beth Gali y el investigador cultural José Luis de Vicente asume la dirección artística del festival. Además, según ha señalado De Vicente, habrá durante el recorrido varias instalaciones de arquitectura efímera, que ayudarán a concebir Barcelona "como laboratorio del espacio público, un lugar donde experimentar como vivir en un espacio en constante mutación".