Contenedores llenos de basura hasta arriba del todo y con bolsas acumuladas por los lados, calles sucias a todas horas, estragos del turismo de borrachera con las primeras luces del día, alcorques asilvestrados, parterres dejados de la mano de Dios, parques resecos, montañas de hojas de árboles sin recoger, acciones de urbanismo táctico totalmente degradadas y, encima de todo ello, barrios en pie de guerra por polémicos nuevos sistemas de recogida de la basura...

Este es el panorama que se ha podido vivir y ver en las últimas semanas en la ciudad de Barcelona, en especial durante un mes de agosto especialmente seco, que ha contribuido a la expansión de malos olores y agravado por un continuo de fiestas ilegales que no sólo se saltan el toque de queda vigente, sino que dejan su rastro al día siguiente. Y todo en un momento en que la ciudad se encuentra en plena implementación del nuevo contrato de limpieza, con un presupuesto anual de 287 millones de euros.

¿En Barcelona la mierda se nos come? Esta es la impresión de entidades vecinales y partidos de la oposición en el ayuntamiento, aunque el equipo de gobierno municipal encabezado por la alcaldesa, Ada Colau, niega que haya ninguna alteración en la situación de la limpieza en la capital catalana. A pie de calle, sin embargo, la suciedad salta a la vista. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

¿Barcelona, ponte sucia?

'Barcelona, posa't guapa' fue uno de los eslóganes que más triunfó en la ciudad preolímpica maragalliana. Aunque inicialmente el lema iba vinculado a la rehabilitación de fachadas, la campaña, iniciada en 1985, quedó como un referente para los barceloneses y la consecución de unos estándares de limpieza hasta aquel momento nunca alcanzados.

En la actualidad, sin embargo, el lema oficioso parece todo lo contrario, 'Barcelona, ponte sucia': "Puedo aseverar que Barcelona está más sucia que nunca", asegura tajante Manel Martínez, vicepresidente de la Associació de Veïns de la Barceloneta y miembro de la plataforma Tsunami Veïnal, colectivo ciudadano que reúne a una cuarentena de asociaciones de vecinos y que ya ha organizado varias manifestaciones en contra de la gestión del ayuntamiento Colau.

Contenedores de la calle Diputació con Passeig de Gràcia, el centro de la ciudad tampoco se salva de la suciedad / Foto: Sergi Alcàzar

En declaraciones a ElNacional.cat, Martínez afirma que en la Barceloneta, "los contenedores son una verdadera vergüenza, en un año nadie ha venido a limpiarlos ni a desinfectarlos", y como vecino del barrio de l'Òstia aprovecha para poner sobre la mesa una casuística muy especial de este barrio, el estado de las playas, "a pesar de la cantidad de trabajo que hacen los técnicos de limpieza". "A la gente que va a nadar a primera hora de la mañana les es imposible llegar al agua, con muchos cristales rotos, vómitos y de todo", afirma, para concluir con cierta ironía: "Haría falta sacar la arena y ponerla nueva cada día".

La nueva concesión, "la más cara de la historia"

El Ayuntamiento de Barcelona aprobó en el pleno del mes de marzo la adjudicación a cuatro empresas de la concesión del servicio de limpieza, con un presupuesto de casi 300 millones de euros anuales —en torno al 10% del presupuesto anual del consistorio— y una vigencia de ocho años. El reparto por zonas quedó distribuido de la siguiente manera: Zona centro (Ciutat Vella, Eixample y Gràcia), para FCC Medio Ambiente, S. A.; Zona oeste (Sants-Montjuïc, les Corts y Sarrià-Sant Gervasi): Corporación CLD, Servicios Urbanos de Tratamiento de Residuos, SL; Zona norte (Horta-Guinardó y Nou Barris): Valoriza, Servicios Medioambientales, S. A.; y Zona este (Sant Andreu i Sant Martí): Urbaser, S. A.

Este gasto, "el más caro de la historia", según apunta Martínez, debe comportar una exigencia política para que todo se haga correctamente y con diligencia, y los principales partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, ERC y JxCat, están de acuerdo.

Jordi Coronas, portavoz del grupo municipal de ERC al Ayuntamiento de Barcelona, asegura a ElNacional.cat que la dejadez de la ciudad "es evidente", porque "sólo hay que pasear por cualquier distrito para comprobarlo", añadiendo que "en el caso de los parques hay un problema de mala gestión del verde".

En todo caso, señala que el problema principal de todo ello es la situación actual de implementación de la nueva concesión, que "ha llegado tarde y con muchos problemas de maquinaria envejecida". Por eso hace un llamamiento al ayuntamiento para que las empresas que gestionan la limpieza "incrementen los servicios" e inviertan en "maquinaria nueva" y apunta que la plena implementación de la nueva contrata "tardará más de un año en que se ponga en marcha".

Por su parte, Francina Vila, portavoz adjunta del grupo municipal de JxCat, coincide en que Barcelona está "sucísima, y más en un momento en que tenemos menos visitas que nunca". En este contexto de "calles sucias, contenedores llenos y con basura a su alrededor, hojas de los árboles sin recoger y zonas verdes sucias y degradadas", Vila apunta que es el momento de ejercer "exigencia política" y "ponerse manos a la obra".

Una pequeña muestra de la acumulación de hojas en los alcorques de los árboles de la calle Balmes / Foto: Sergi Alcàzar

La propuesta de JxCat para revertir la situación de suciedad pasa por un "plan de choque de limpieza y mantenimiento", que ya ha sido requerido al Ayuntamiento, y proceder a hacer "una radiografía de los distritos" para diagnosticar los problemas. Por eso mismo, exige a Colau que el gobierno municipal tenga como prioridad "que la ciudad esté limpia y arreglada". "Ahora mismo no es su prioridad", añade Vila consultada por este medio.

Sant Andreu, zona cero de la suciedad

La percepción que Barcelona está más sucia que nunca es constatable en todos los distritos, pero especialmente en los más concurridos y populares como Ciutat Vella, l'Eixample, Gràcia o Nou Barris, pero si un distrito se destaca por encima de los otros en esta cuestión es el de Sant Andreu, donde a los problemas genéricos de la ciudad se suma la puesta en práctica del sistema de recogida Puerta a Puerta, que empezó el 24 de mayo y que prevé expandirse el 18 de octubre.

Buena parte de los vecinos del núcleo central de este distrito, auténtica zona cero de la suciedad en la ciudad, se han alzado en contra de un sistema que genera más suciedad en la calle al quedar sin recoger la basura que no cumple la normativa y calendario previsto y que ahora, con el calor, ha fomentado la aparición de plagas, como ratas e insectos. Aunque fuentes del Ayuntamiento consultadas por ElNacional.cat aseguran que "no se ha detectado ninguna anomalía con respecto a plagas en Sant Andreu relacionada con el Puerta a Puerta", y que para evitar problemas de suciedad, "el servicio se ha reestructurado para dar respuesta a las necesidades derivadas del actual sistema de recogida de residuos", miembros del colectivo Porta a Porta Sant Andreu del Palomar contactados por este medio indican: "Nunca habíamos tenido las calles más sucias que ahora".

El Puerta a Puerta orgánico del barrio de Sant Andreu, una llamada de atención para los amigos de cuatro patas / Foto: Montse Giralt

"Tenemos ratas y de hecho lo comentamos al principio con el ayuntamiento, pero no nos hacían caso, y ahora en los últimos días ya hemos visto muchos vídeos de ratas campando a sus anchas por las calles", apuntan desde el colectivo a la vez que afirman que "evidentemente", hay un "aumento de basura en la calle", ya que "de entrada el mismo sistema ya prevé que se deje en la calle la basura de forma separada, por lo tanto, sólo por eso ya tenemos muchas más que antes y además, disgregadas".

De hecho, para evitar que los vecinos díscolos se salten la normativa del Puerta a Puerta, el ayuntamiento ha implementado un nuevo modelo de papelera en espacios como el paseo de Fabra i Puig, con una pieza metálica en medio que impide depositar objetos grandes. Fuentes municipales aseguran que este modelo de papelera está "en zonas donde se detectan actos de incivismo con respecto al abandono de bolsas de residuos". "No está permitido tirar bolsas de basura en las papeleras urbanas", recuerdan desde el consistorio.

¿Qué hace el ayuntamiento?

A pesar de las evidencias a pie de calle de la imagen inusualmente sucia de la ciudad, fuentes del ayuntamiento recuerdan que este verano se ha reforzado la plantilla de limpieza en doscientas personas y señalan que "no se registran incidencias con la recogida de residuos" y que en caso "que se detecten zonas de contenedores con desbordamiento se redimensiona el servicio para solucionarlo".

Con respecto a los alcorques y parterres, que a menudo están llenos de malas hierbas, desde la Casa Gran señalan que "la entrada de flora espontánea o autóctona sigue el curso estacional" y que este año "se ha hecho mucho trabajo preventivo en alcorques y no se han detectado grandes puntos de desbordamiento".

Además, insisten en que se han reforzado servicios para evitar situaciones habituales en distritos como Ciutat Vella y Gràcia donde a menudo aparecen meados en medio de la vía pública: "En las calles de los cascos antiguos en zonas densas la limpieza con agua es habitual y ahora en verano se refuerza esta tipología de servicios".

Meada en el medio de una calle del Gòtic / Foto: Sergi Alcàzar

Con respecto a otro aspecto relacionado con la suciedad, el aumento de hojas secas de plátanos, el consistorio apunta al hecho de que ha habido un "mes de julio muy cálido y sin lluvia, que ha acelerado que las hojas secas puedan caer", pero en estos casos "los equipos se han readaptado a esta circunstancia" y se ha priorizado la retirada de hojas "de las zonas de sumideros".

Por todo ello, el Ayuntamiento de Barcelona asegura que "los servicios de limpieza y recogida de residuos no han disminuido los últimos años", pero que hay que tener en cuenta que este verano "Barcelona ha sufrido un periodo de prácticamente tres meses sin lluvia". "Este hecho tiene derivadas en el servicio de limpieza y mantenimiento de espacios verdes y claramente tiene una afectación importante en aspectos como el verde más seco, los olores, y los residuos naturales en superficie", admiten, para concluir que, en todo caso, "la limpieza y mantenimiento del espacio público es una prioridad del Ayuntamiento de Barcelona y por lo tanto se monitoriza cada servicio y se corrige siempre que es necesario".

Eloi Badia, ¿el responsable?

A pesar de las explicaciones del ayuntamiento, el concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, aparece como el principal responsable de la situación actual, a quien se le reprocha el mal estado de la ciudad y los problemas generados con la implementación de la nueva concesión de limpieza. Tanto es así que el vicepresidente de la AVV Barceloneta apunta que "la concejalía no es eficiente y al ayuntamiento le falta sentido común".

Y por eso, mientras perdura la percepción de que Barcelona pasa por un periodo álgido de suciedad nos encaminamos a un otoño donde el principal reto será la extensión del sistema de recogida Puerta a Puerta a otras zonas de Sant Andreu y probablemente al casco antiguo de la villa de Horta. Ahora bien, si los problemas persisten, lo más probable es que Badia se encuentre, como apunta Martínez y aunque suene a tópico, con un "otoño caliente". Y es que la sensación a estas alturas para los vecinos es que, efectivamente, la mierda se nos come.

 

Imagen principal: Basura acumulada en una calle de Ciutat Vella / Sergi Alcàzar