El Ayuntamiento de Barcelona quiere ser puntero en la persecución de las golosinas de cannabis, y por eso, una vez el ministerio de Sanidad español ha prohibido su venta ha querido responder "con toda rapidez", aprobando ya un "decreto de alcaldía que impulsa las inspecciones en los establecimientos que comercialicen productos que acaban de estar prohibidos", según ha señalado este viernes por la mañana la concejala de Salud, Marta Villanueva, en una comparecencia conjunta con el teniente de alcaldía de Prevención y Seguridad Albert Batlle, que ha lanzado un mensaje "de contundencia a todo este sector que vive del negocio de cannabis y por extensión de la droga".
Este posicionamiento llega después de que el pasado 22 de abril se publicó en el BOE la prohibición de la venta y distribución de golosinas de cannabis. Desde el ministerio se afirma que estas golosinas no dejan de ser "cannabinoides" sin una aplicación farmacológica a que hay que aplicar "mecanismos de control". Por parte del Ayuntamiento de Barcelona, se incrementarán las inspecciones y ya se han pedido aclaraciones específicas al mismo ministerio y a la fiscalía para poder ajustar las inspecciones, ya que a partir de ahora se prevé la posibilidad "de actuar no solo desde la vía administrativa, sino también desde la penal".
La orden fue publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 22 de abril y ya ha entrado en vigor. Si bien estas golosinas no incluyen los activos estupefacientes de esta sustancia, el THC, sí que contiene otros semisintéticos que se derivan de ella, modificados artificialmente en laboratorio, y que pueden provocar efectos similares o incluso más acusados que fumar marihuana. Asimismo, el Ministerio afirma que estas golosinas no dejan de ser "cannabinoides" sin una aplicación farmacológica a que hay que aplicar "mecanismos de control". Además, según ha recordado Villanueva, el año pasado se produjeron 24 casos de intoxicación confirmados por el consumo de estos productos, así como 32 casos sospechosos.
Según la unidad de toxicología del Hospital Clínic de Barcelona, en la mayoría de casos de intoxicaciones, el 58%, los pacientes eran mujeres turistas de mediana edad que habían comprado estos productos como recuerdos o como broma en las tiendas de productos relacionados con el cannabis que proliferan en el centro de la ciudad. Entonces, el Clínic ya alertó de la falta de regulación de estos dulces, que hasta ahora se podían vender con total normalidad en establecimientos dedicados. Por su parte, Batlle ha apuntado que el decreto de alcaldía permitirá incrementar las inspecciones en el "centenar de growshops" existente a Barcelona, aunque ha admitido la dificultad añadida del hecho de que no haya un epígrafe específico para este tipo de establecimientos. De hecho, muchos operan con licencia de floristería, como se acordaba hace unos días desde el Gremi de Floristes de Barcelona.