La vertiente de lucha contra el incivismo del Pla Endreça puesto en marcha por el Ayuntamiento de Barcelona ha supuesto un incremento de las sanciones de varios tipos, pero también un aumento de la presión sobre la venta ambulante, en especial contra el colectivo de manteros, que no aflojará a corto plazo. Así lo ha asegurado este jueves por la mañana el tercer teniente de alcaldía y responsable de prevención y seguridad, Albert Batlle, que junto con la teniente de alcaldía Laia Bonet ha hecho una valoración "positiva" de la fase veraniega del Pla Endreça. De hecho, Batlle ha asegurado que la actividad de los manteros es "un tipo de comercio ilegal que favorece la explotación", y por eso ha asegurado que "seguiremos luchando contra él".

El mismo teniente de alcaldía ha intentado negar que haya un avivamiento de la lucha contra la venta ambulante, asegurando que "no es cierto que hayamos descubierto ahora la lucha contra la venta ambulante", aunque esta misma semana han vuelto los enfrentamientos entre los manteros y la Guàrdia Urbana, cosa que no se veía desde hacía tiempo, prácticamente desde el mandato de Xavier Trias, cuando sí que había una gran presión para frenar y eliminar de Barcelona esta tipo de venta ilegal que perjudica el comercio del centro de la ciudad. En todo caso, los mismos manteros denunciaron al principio de agosto el retorno de una persecución "brutal".

Así, en un contexto de incremento de sanciones, que Bonet ha aclarado que no implica "un incremento de las actividades que comportan las sanciones", el ayuntamiento ha sacado pecho de la persecución de la venta ambulante con un aumento de las sanciones por este motivo de un 34% respecto del verano pasado. Así, entre julio y agosto del 2023 se han intervenido 254.305 objetos por los 168.235 objetos decomisados el verano de 2022. Es decir, cerca de 86.000 objetos más. Batlle ha reiterado que es una actividad que no quiere en Barcelona. "Es comercio ilegal y lo estamos combatiendo", ha insistido.

Con respecto a otras actividades sancionables, durante los meses de julio y agosto, la Guàrdia Urbana ha puesto un total de 7.542 denuncias por consumo de alcohol en la calle, un 36% más que en verano pasado. Las sanciones vinculadas a las necesidades fisiológicas en la calle suman 931 denuncias, un 19% más. También han incrementado las sanciones para tirar residuos en la calle, con un total de 153, un 24% más y las impuestas por pintadas, que a pesar de ser solo 55, suponen un aumento del 96 por ciento. Asimismo, Batlle ha recordado que esta presión contra el incivismo se ha podido llevar a cabo gracias al aumento en un centenar de los efectivos de la Guàrdia Urbana durante el verano.