El Ayuntamiento de Barcelona ha reaccionado finalmente a la polémica generada por la proliferación de 'dark kitchens', también denominadas cocinas fantasma, es decir, aquellos establecimientos de cocina industrial destinados a la elaboración de comida únicamente para el reparto a domicilio.
Después de las quejas vecinales de los últimos días en los distritos de Sant Martí y les Corts y de conocerse la apertura de un nuevo local de este tipo en el barrio de Sant Gervasi-Galvany, concretamente en la Travessera de Gràcia, este viernes en una comparecencia de urgencia la segunda teniente de alcaldía, Janet Sanz (BComú), y el primer teniente de alcaldía de Economía, Trabajo, Competitividad y Hacienda, Jaume Collboni (PSC), han anunciado que el consistorio no concederá durante un año licencias para establecimientos de platos preparados con obrador y cocinas industriales sin degustación, con la intención de aprovechar este tiempo para estudiar y elaborar una nueva normativa que ordene estas macrococinas que han creado malestar entre la ciudadanía.
Según ha comunicado el mismo ayuntamiento, el objetivo de la congelación de las licencias es "evitar que proliferen de manera descontrolada mientras se deciden las condiciones de implantación y asegurar que no se producen molestias al vecindario por ruido y olores ni afectaciones a la movilidad".
Además, se ha anunciado que ya está en marcha un plan de choque para hacer un control exhaustivo de las actividades de las cocinas fantasma y garantizar que cumplen las regulaciones vigentes
Auge de las cocinas fantasma
La preparación de comidas en locales destinados únicamente a la entrega a domicilio ha crecido a raíz de la pandemia y los confinamientos y en paralelo han crecido las quejas de los vecinos, preocupados por que estas instalaciones estén en zonas de fuerte densidad por los problemas que puedan generar, como humos, olores y ruidos, además de la continua entrada y salida de los repartidores. De hecho, ya han generado rechazo social por parte de los vecinos en los distritos de les Corts y Sant Martí, donde hay obras para implantar actividades de este tipo.
La suspensión de nuevas licencias no afecta la actividad de catering cuando no sea una actividad principal sino complementaria de otra de las consideradas esenciales como las escuelas, hospitales o clínicas, y que se lleven a cabo en espacios que no estén necesariamente situados al lado del propio edificio. El ámbito de la suspensión afecta a toda la ciudad excepto los parques de Collserola y Montjuïc, las zonas industriales de la Verneda y la Zona Franca y los entornos donde ya hay una regulación específica para estas actividades o una suspensión vigente, como la de los futuros ejes verdes de la Supermanzana Barcelona.