Nada hace pensar que este verano de 2022 sea demasiado mejor que el de 2019, el año que durante los meses de verano se batieron todos los récords de inseguridad y delitos en Barcelona, la capital de Catalunya. Este jueves se ha celebrado en Barcelona la Junta Local de Seguridad de la ciudad, que ha liderado la alcaldesa Ada Colau y el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, acompañados de los máximos responsables de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra en la ciudad. Ayuntamiento e Interior comparten diagnóstico y saben que la ciudad volverá a presentar los datos de turismo y recuperación económica de antes de la pandemia, un hecho que, teniendo en cuenta que habrá mucha más gente, también disparará los delitos.
Más agentes para un verano complicado
Para hacerle frente, Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra han ampliado su número de agentes que patrullarán la ciudad durante estos meses que vienen. Los Mossos d'Esquadra incrementarán su plantilla en 65 efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana que se sumarán a los efectivos policiales que ya trabajan de manera ordinaria en la ciudad. Las comisarías que reciben este refuerzo extraordinario del Plan|Plano de Verano son Ciutat Vella, Eixample y Sant Martí.
Además, este año se refuerza la noche con equipos de orden público: la Brigada Móvil desplegará diariamente a las noches dos equipos y el Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) lo hará también con tres equipos más, tal como ya se hace durante los otros meses del año. Por su parte, la Guardia Urbana también aumenta el número de efectivos policiales durante los meses de verano. Más de 1.000 agentes del cuerpo de policía barcelonés trabajarán para garantizar la seguridad en la ciudad -un poco más en un 10% más que el año pasado. También se ha incrementado la presencia durante la noche, que se ha podido aumentar en un 35%.
Datos parecidos a los de 2019, el verano más caliente
Entre los delitos que hacen más sufrir a la policía, además de las agresiones y abusos sexuales, que se han disparado, son los robos con violencia. Según los datos provisionales, a la espera de cerrar el mes de junio -que se hace el 10 del mes siguiente-, los robos violentos en la ciudad de Barcelona se mantienen casi iguales que los del año 2019, el año que fue el peor de los últimos años en violencia en la vía pública. Según los datos de los Mossos d'Esquadra, han bajado ligeramente, un 6,5% si comparamos los robos de junio de 2019 con los de junio de 2022. En cambio, el mes de mayo el descenso únicamente fue del 1%, pareciéndose mucho el mayo de 2019 al mayo de 2022 con respecto a los robos con violencia a la vía pública de Barcelona, los que se utilizan para robar móviles (52%), bolsos de mano (21%), el reloj (7,2%) y las joyas(5,4%).
Estos datos, que son iguales que las de 2019 y muy superiores a las de 2018, demuestran que el verano de este año puede ser igual o peor que el de aquel año, antes de la pandemia, y que se recuerda muy complicado en Barcelona.
Cada día hay 30 robos violentos en Barcelona
Según los datos del departamento de Interior, entre los meses de enero y junio se han registrado más de 5.100 robos violentos en la ciudad -los datos de junio son provisionales, pero ya se han sumado-, un hecho pone sobre la mesa un dato que genera preocupación: cada día hay 30 robos violentos en la calle de Barcelona, sobre todo, en el centro de la ciudad, lo que se ha convertido en la zona cero de la inseguridad y la delincuencia.
La mayoría de estos delitos están protagonizados por los mismos ladrones, que son conocidos de la policía y que van acumulando decenas de antecedentes. Para hacer frente, Mossos d'Esquadra hace tiempo que puso en marcha el Plan Tremall, un plan policial que aumenta el patrullaje en las zonas más masificadas de la ciudad y que se centra en detectar y detener este tipo de delincuentes. Esta actividad policial, sin embargo, tiene que ir acompañado también de medidas judiciales contra los ladrones que son arrestados.
El conseller Elena ha aprovechado la rueda de prensa de esta Junta Local de Seguridad para volver a pedir que el Congreso apruebe la reforma del Código Penal que hará que la reincidencia sea un agravante de la pena y eso haga disminuir a los reincidentes, que podrán ingresar en la prisión.