A todos nos ha pasado que fuera de Catalunya hemos pedido un bikini en un bar y no nos han entendido. ¿Seguro que en alguna de estas situaciones te habrás preguntado de dónde viene este nombre y porque en Barcelona, y Catalunya, decimos que comemos un bikini cuando comemos un bocadillo caliente de pan de molde y jamón dulce y queso? Una primera hipótesis que nos podría venir en la cabeza sería porque al servirse partido en dos mitades triangulares nos podría recordar esta pieza de baño, pero no, la explicación no la encontramos en su geometría. Para encontrar el origen del nombre tenemos que ubicarnos en los años 50, en una popular sala de baile de Barcelona, la Sala Bikini.

 

Esta sala abrió en 1953 en el número 571 de la avenida Diagonal (avenida del Generalísimo en aquel momento), en un solar triangular delimitado por la mencionada avenida, la calle de Anglesola y la de Numància. Este emplazamiento lo tenemos que visualizar muy cambiado, la actual Illa Diagonal no existía, y todo el entorno estaba mucho menos construido. El establecimiento abrió bajo un concepto muy diferente del de local discoteca que lleva su nombre hoy en día. Proyectado por el arquitecto Julio Chinchilla Ballesta, se inspiraba en los clubs americanos. Disponía de amplios espacios tanto interiores como exteriores, con moderno mobiliario e importaba conceptos muy innovadores en la ciudad. Disponía, por ejemplo, de un minigolf y una pista de bolos.

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Pero volvamos al bocadillo y el origen de su nombre. Según explica la historia, en la original sala Bikini se empezaron a servir bocadillos calientes de pan de molde, jamón y queso, haciendo una adaptación del conocido bocadillo francés croque monsieur. El bocadillo barcelonés era más sencillo, sin estar gratinado, y para evitar utilizar el nombre francés lo denominaban simplemente "bocadillo de la casa".

Aunque ahora parezca un bocadillo que no puede faltar en ningún sitio y una opción confiable delante de la extensa carta de algunos lugares, la sala Bikini fue el primer punto donde se empezó a servir aquí. Por eso cuando la gente cuando iba a otros establecimientos de la ciudad empezó a pedir bocadillos como lo que hacían en Bikini. Y Según parece, el nombre enganchó y la gente acabó llamando a los sándwiches mixtos directamente como "bikini"

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La entrada del Bikini histórico, cuando más que una sala de conciertos, era un complejo lúdico-musical / Foto: Quaderns d'Arquitectura i Urbanisme
Cuadernos de Arquitectura y Urbanismo
Interior del Bikini histórico / Foto: Quaderns d'Arquitectura i Urbanisme
Arquitectura Viva
Esbozo de la Illa Diagonal, que transformaría completamente el Bikini / Foto: Arquitectura Viva

Pero la original sala de baile se transformaría por cumpleto en los años 90, perdiendo su espíritu original. A finales de los 80, la gran manzana delimitada por la avenida Diagonal y las calles Numància, Déu i Mata y Entença era un gran solar, compuesto por 12 parcelas, ocupadas entre otros por el antiguo Hospital de Sant Joan de Déu y la Sala Bikini. Aquel año el Ayuntamiento convocó un concurso internacional de ideas para ordenar y desarrollar esta gran manzana que se bautizaría como Mansana Diagonal. Se trataría de una actuación de 56.000 m², que planificaría todo tipo de usos públicos y privados. Con esta transformación, ya en los 90 se construyó el gran edificio de l'Illa Diagonal y la sala Bikini se trasladó y transformó en un nuevo espacio dentro de la misma manzana. Lo que nos preguntamos ahora es si en la sala servirán siguiendo los bocadillos de la casa.