El 23 de noviembre de 1983, los entonces alcaldes de Barcelona y Boston, Pasqual Maragall y Kevin H. White, respectivamente, firmaron la declaración de hermanamiento de las dos ciudades, con el objetivo, según se puede leer en el documento oficial en catalán y en inglés, de "promover la comprensión y el conocimiento entre sus culturas respectivas y el reforzamiento de los lazos de amistad que ya existen entre los pueblos de nuestros dos países y ciudades". A lo largo de las más de cuatro décadas en vigor de aquel hermanamiento entre la capital de Catalunya y la del estado de Massachusetts, en los Estados Unidos de América, se han mantenido relaciones bilaterales de todo tipo, pero una muy especial es el curioso intercambio monumental entre las dos ciudades.
Y es que en Barcelona hay un monumento bostoniano, de hecho una réplica o, todavía más concretamente, la réplica de una réplica, mientras que en Boston también hay un monumento barcelonés que es, también, una réplica. Por eso, si se visita esta ciudad de los Estados Unidos -hay vuelos directos desde el aeropuerto del Prat-, siempre hay una solución a mano si se siente un poco de nostalgia barcelonesa, y a la inversa, hay un rincón de Barcelona dedicado a los bostonianos, concretamente, la plaza de Boston, junto al parque de Monterols, situada en la confluencia de las calles Hercegovina y Ferran Valls i Taberner, en el barrio de Sant Gervasi-Galvany.
El saltamontes barcelonés de Boston
El monumento bostoniano que podemos visitar en Barcelona es su famoso saltamontes, una escultura que corona la plaza barcelonesa y que identifica la ciudad de Boston que, según desde donde se mire puede pasar desapercibido entre la arbolada y los edificios del fondo, pero que una vez identificada, aparece en su esplendor como el remate de una veleta situada encima de un pedestal y una fina columna que lo eleva a unos seis metros sobre el nivel de la calle y que, como todo, tiene una historia detrás. De hecho, se trata de la escultura que corona el edificio considerado cuna de la independencia de los Estados Unidos.



Según apunta la web Art Públic del Ayuntamiento de Barcelona, la escultura fue una donación del Ayuntamiento de Boston con motivo del hermanamiento y fue inaugurada aquel mismo día de la firma del acuerdo y con presencia de los dos alcaldes. Además, no es una escultura cualquiera, sino que es una reproducción de la que remata la veleta del Faneuil Hall, el edificio donde los líderes independentistas Samuel Adams y James Otis lanzaron las primeras proclamas a favor de la emancipación de las colonias americanas de Gran Bretaña y donde prendió la chispa de la guerra que comportaría la independencia de los Estados Unidos, por eso mismo, este edificio es considerado la cuna de la independencia de los EE.UU.
Con respecto al saltamontes, el original fue creado por el latero Shem Drowne en 1742 inspirándose en el mismo insecto que corona el edificio de la Royal Exchange de Londres y que se interpreta como un símbolo de riqueza y prosperidad. Construido con láminas de cobre revestidas de pan de oro y con los ojos de color verde, mide 130 centímetros y tiene un peso de veinte kilos. Con respecto a la réplica dada por el Ayuntamiento de Boston a Barcelona, el escritor y catalanófilo Sam Abrams apuntaba, en la web citada, que "el hecho de obsequiar la ciudad de Barcelona con una reproducción del famoso saltamontes es un gesto que expresa un profundo deseo de prosperidad, fortaleza y libertad para la capital de Catalunya".

Con todo, el actual saltamontes de la plaza de Boston no es el que en su momento donó el Ayuntamiento de la capital de Massachusetts, que ya era una réplica, sino una segunda copia, una réplica de la réplica, elaborada por el escultor Lluís Ventós. La razón de esta segunda copia se tiene que encontrar en el hecho de que la primera copia fue robada en 1990 y tuvo que ser sustituida con un encargo a un escultor local, mientras que pasó con la 'copia original', no se ha acabado de saber nunca.
El desconsuelo bostoniano de Barcelona
Con respecto al monumento barcelonés de Boston, este es una copia de la célebre escultura Desconsol, obra en mármol de Josep Llimona que en 1917 fue situada en la plaza de Joan Fiveller del parque de la Ciutadella, aunque actualmente se puede ver una réplica, ya que el original, para prevenirlo del vandalismo, fue trasladado primero al MNAC y desde 1984 al interior del Palau de la Generalitat. Con respecto a la réplica de Boston, esta fue una donación del Ayuntamiento de Barcelona de 1986. Así lo recordaba Pasqual Maragall en el artículo La 'Boston Connection' de 2007: "En la segunda visita oficial, en 1986, llevamos a Boston una réplica en mármol del 'Desconsol' de Josep Llimona para situarla en el Commons, el parque central de Boston", para añadir que "ahora está en otro parque, Rose Garden, y la escultura no se encuentra en muy buen estado".





Más allá de su estado de conservación -hay fotografías con las manos amputadas-, lo que es cierto es que actualmente en el parque de Bay Beck Fens, concretamente en el James P. Kelleher Rose Garden, que fue completamente restaurado a principios del siglo XXI, se puede disfrutar de una pequeña estampa barcelonesa, esta réplica del Desconsol, acompañada de una placa donde se especifica, en inglés, que la reproducción fue dada el año 1986 por el alcalde Maragall. Al fin y al cabo, en Barcelona tenemos el saltamontes y en Boston tienen el Desconsol o, adaptando el título de aquella película de 1961, Tú a Boston y yo a Barcelona.