La plaza de la Solidaritat está situada, según el plano, dentro del límite municipal de l'Hospitalet de Llobregat, en el barrio de Collblanc, pero cruzando a la otra acera de la Travessera de les Corts se pasa al barrio de la Maternitat i Sant Ramon del distrito de les Corts, es decir, en el municipio de Barcelona. Esta situación fronteriza, sumada al hecho de que allí mismo se encuentra la salida principal de la estación de Metro de Collblanc y que se trata de una plaza dura con sitios para sentarse la han convertido, de unos años acá, de espacio de encuentro para botellones hasta altas horas de la noche, y a consecuencia de estos, ruidos, peleas, actos de incivismo y suciedad.
En este contexto, los grupos municipales de ERC en los ayuntamientos de Barcelona y l'Hospitalet de Llobregat han hecho este jueves una reclamación conjunta a los dos alcaldes, Jaume Collboni y David Quirós, para resolver un problema que está causando muchos quebraderos de cabeza a vecinos de un municipio y el otro. Desde la misma plaza de la Solidaritat, los concejales de ERC Jordi Castellana, de Barcelona, y Jaume Graells, de l'Hospitalet, han hecho la misma demanda, reclamar "coordinación" a dos consistorios que, a pesar de estar los dos en manos del PSC, no suman esfuerzos en opinión de los republicanos para frenar la situación.
"En esta plaza hay un problema de falta de convivencia", ha apuntado a Castellana, para reclamar que los dos gobiernos municipales no afrontan la problemática a causa de su "situación fronteriza", a la vez que ha exigido "más presencia policial y más coordinación entre ayuntamientos". "Invitamos a los dos alcaldes a venir aquí por la noche", ha apuntado por su parte Graells, "para que vean los problemas que se viven aquí", al mismo tiempo que ha reclamado "coordinación en la vigilancia y la limpieza", apuntando que la plaza de la Solidaritat es una zona "céntrica dentro el Àrea Metropolitana de Barcelona" que merece soluciones.
Laura García y Joan Ripoll son vecinos de la zona, la primera de la parte de Barcelona y el segundo de l'Hospitalet. Los dos coinciden en que a causa de esta situación fronteriza, "los ayuntamientos se pasan la pelota", y que las llamadas al 112 no sirven, vengan del lado que vengan, y por eso acusan a los alcaldes Collboni y Quirós de no actuar con suficiente contundencia ante una situación que "no permite descansar por la noche" y que genera "problemas de ruidos, suciedad y peleas casi cada día". "Es insufrible", recalca Garcia; "el barrio ha ido empeorando con el tiempo", remacha Ripoll. La frontera entre Barcelona y l'Hospitalet, ¿territorio sin ley?