Trabajar en toda una mansión presidencial. Podría parecer que esta posibilidad no esté al alcance de todo el mundo, pero el hecho es que en Barcelona es perfectamente posible, ya que el primer piso de la casa Puig i Cadafalch, situada en la calle Provença, 231, entre la rambla de Catalunya y la calle Balmes, en el Eixample, se encuentra en situación de alquiler para oficinas. Así lo ha observado esta misma semana el historiador especialista en la historia del catalanismo político y social, Lluís Duran, que en una entrada en la red social twitter ha señalado que el domicilio de quien fue president de la Mancomunitat de Catalunya y edificado por él mismo, está por alquilar.

De hecho, la situación hace al menos un mes que dura, ya que imágenes de Google Street View captadas el pasado mes de febrero ya señalaban la misma disposición a alquilar oficinas del primer piso. En todo caso, se trata de un edificio que no llama la atención por su espectacularidad, al menos comparado con las grandes obras del arquitecto en la misma Barcelona, como la Casa Amatller, la Casa Terradas (más conocido como Casa de les Punxes) o la fábrica Casaramona, sino por el hecho de que fue el domicilio del arquitecto-presidente y donde murió en 1956.

Obra catalogada como BCIL

De hecho, la obra es del año 1917 y es de las más sobrias de su trayectoria, con planta baja y dos pisos, de color amarillento con tímidos esgrafiados y una simple tribuna semicircular en el segundo piso con balaustrada en el terrado, dejando atrás la eclosión neogótica y modernista de obras precedentes, como el chalet de la Casa Pere Company de la calle Buenos Aires. En todo caso, está catalogada como Bien Cultural de Interés Local de Barcelona (BCIL), lo cual la protege de cualquier intervención que suponga cambiar de forma sensible su estructura y volumetría. Evidentemente, eso no impide que tenga un uso funcional, que en el caso del primer piso sería el de oficinas.

La Casa Puig i Cadafalch en febrero del 2022 / Google Street View

El edificio es una reforma de un edificio preexistente y responde a un encargo de la suegra de Puig i Cadafalch, la escritora Dolors Monserdà, la cual murió poco después de finalizada la obra, en 1919. Puig i Cadafalch y su mujer, Dolors Macià i Monserdà, ocuparon el segundo piso, donde también se habilitó un despacho. Puig i Cadafalch fue president de la Mancomunitat de Catalunya entre 1917 y 1924, aunque en 1923 se marchó a Francia en un primer exilio. Entre 1939 y 1942 vivió un segundo exilio, siempre huyendo de las dictaduras. En todo caso, se da la circunstancia que para evitar represalias de la dictadura de Primo de Rivera, Puig y Cadafalch ocultó su archivo personal, con documentos de la Mancomunitat y de su predecesor como president, Enric Prat de la Riba, en una doble pared del edificio que ahora se alquila. La documentación fue descubierta en el 2003 y actualmente es propiedad de la Generalitat de Catalunya.