La calle Urgell estará cortada en dos tramos durante un año por las obras de la L8 de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), tal como han explicado este miércoles fuentes de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona. La primera de las afectaciones se iniciará el 20 de enero, en torno al Hospital Clínic, entre las calles Rosselló y Còrsega. Un mes después, el 23 de febrero, empezarán las afectaciones entre la plaza Francesc Macià y la calle Buenos Aires. Si bien la voluntad es que las obras duren aproximadamente un año, existe la intención de acabarlas antes de la Navidad de 2025 —a pesar de las dificultades para poder prever los tiempos de los trabajos en el subsuelo.
Las obras servirán para construir los pozos de las estaciones de Hospital Clínic y Francesc Macià del nuevo tramo de la L8, que tiene que unir las de Plaça Espanya y Gràcia. Así, ocuparán todo el espacio de la calle Urgell en estos tramos: el incremento de la ocupación necesaria en superficie respecto de los trabajos que se hacen en Urgell con Consell de Cent se debe al hecho de que la maquinaria es mayor por la necesidad de hacer pantallas de 82 metros de profundidad. En los dos casos, los peatones podrán seguir utilizando las aceras, y los vados afectados requerirán un traslado de las plazas en el caso del corte de Rosselló y una salida alternativa en el caso de Francesc Macià.
Desvíos de tráfico
La interrupción del tráfico y ocupación de la calzada tendrá lugar una vez finalizados los trabajos de los desvíos de los servicios básicos. En total, serán unos 50.000 vehículos afectados: unos 32.000 de salida, por Rosselló; y unos 18.000 de entrada, por Francesc Macià. Es por eso que el ayuntamiento ha previsto trayectos alternativos durante estos meses.
Por una parte, los vehículos procedentes de Sant Antoni podrán subir hasta justo antes del corte del Hospital Clínic, romper a Rosselló —donde se invertirá el sentido del tráfico hasta Calàbria—, subir hasta Londres e ir a encontrar Entença para enlazar con la Diagonal, o bien ir a buscar Entença desde Còrsega y también continuar hacia la Diagonal. Los vehículos procedentes de la calle Aragó por la avenida Roma podrán subir hasta Aribau o por Casanova hasta Còrsega, recorrer un corto tramo de Urgell y enlazar con la avenida Sarrià hasta la Diagonal. Las dos alternativas llevarán las vías al límite de su capacidad, pero es que ninguna calle puede recibir todos los vehículos afectados.
De otra, para los vehículos que entran en el centro de Barcelona por la calle Urgell y que no lo podrán hacer por las afectaciones a Francesc Macià, el ayuntamiento ha previsto que entren por la Diagonal y rompan por la calle Numància, con la obligatoriedad de hacerlo en dos de los tres carriles —de hecho, se cortará un carril de la Diagonal entre Numància y Francesc Macià para hacer más evidente la necesidad de girar—. Estos vehículos tendrán que bajar hasta la calle París para seguir su camino hacia el Eixample y la zona norte de la ciudad. Además, se habilitará un carril de bajada en el primer tramo del lado mar de la avenida Josep Tarradellas para permitir el giro hacia la calle Comte Borrell y el posterior giro hacia la calle Buenos Aires.
Ruido durante un año
A diferencia de las obras en el cruce con Consell de Cent, en estos dos ámbitos se instalarán pantallas acústicas de tres metros de altura en torno a los trabajos y de otros de seis metros tanto en los laterales como tras el hidrofresa. A pesar de la mejora de rendimiento prevista por la mayor proximidad con la fuente del bullicio, está previsto que las obras provoquen bullicios al máximo del límite medioambiental durante todo el año. Este jueves hay prevista una reunión con los vecinos del ámbito afectado del Hospital Clínic y se celebrarán más encuentros con los afectados del Parc Joan Miró, otro de los focos principales de los trabajos de la L8.