Los quioscos de Barcelona seguirán vendiendo principalmente prensa pero podrán incorporar servicios hasta ahora no autorizados como servir comida para llevar envasada, hacer de punto para la distribución de última milla de paquetería o para la recarga de baterías eléctricas, integrarse en la red de seguimiento del programa social Vincles y servir de infraestructura para instalar antenas 5G, entre otros. Este es el acuerdo a que han llegado el Ayuntamiento de Barcelona, la Associació de Professionals de Venedors de Premsa de Barcelona i Província, el Col·legi de Periodistes de Catalunya y la Associació de Quioscos de la Rambla. El objetivo es encontrar un modelo más sostenible y viable económicamente y adaptado a la nueva realidad.

Una remodelación para hacer frente a la crisis de la prensa escrita

El acuerdo llega después de meses de trabajo, entrevistas a los representantes de las asociaciones y grupos empresariales, encuestas a los titulares de los quioscos para conocer sus necesidades y expectativas de las personas que regentan los negocios y recoger sus propuestas. También se ha hecho un trabajo técnico para analizar la viabilidad de las propuestas y estudiar qué autorizaciones o modificaciones del pliegue requerían. La remodelación quiere dar respuesta a las consecuencias de la crisis de la prensa escrita, que afecta a la venta de los diarios por parte de los quiosqueros, pero también busca aprovechar el potencial de la red de espacios de propiedad municipal repartidas por toda la ciudad, según destaca el Ayuntamiento.

Una decena de nuevos servicios

El acuerdo permite que los quioscos ofrezcan una decena de nuevos servicios o productos. Estos se organizan en dos paquetes en función del trámite que requieran. Un primer paquete incluye las medidas y propuestas que necesitan modificar el pliegue de cláusulas reguladoras de la concesión del uso privativo de dominio público de los quioscos situados en la vía pública, vigente desde el 2013 y con duración hasta el 2030. Hasta ahora, este pliegue faculta a los titulares de los quioscos a vender publicaciones periódicas y libros en un 80% del espacio y destinar el 20% restante a loterías, recuerdos, regalos, tarjetas de transporte o entradas. Con el cambio se modifican estos porcentajes, manteniendo un mínimo del 51% en venta de prensa e incorporando la venta de productos hasta ahora no autorizados como café o comida para llevar. También se permitirá una nueva cara de publicidad en los módulos, para incrementar la aportación que reciben los quiosqueros, y se trabajará para que se integren en la red de seguimiento del programa Vincles, destinado a reforzar las relaciones de las personas mayores.

El segundo paquete pasa por la autorización de venta de nuevos productos y servicios en los quioscos, que no necesita de una modificación del pliegue. En este sentido, se ha previsto que puedan ser puntos de distribución de última milla de paquetería, tener cajeros automáticos, servir de base para instalar antenas para el despliegue del 5G, vender entradas de espectáculos o recargar baterías eléctricas. La gestión de estos servicios irá a cargo de los quiosqueros. La Associació Professional de Venedors de Premsa de Barcelona i Província (APVPBP) será la encargada de hacer un acuerdo marco con las diferentes empresas de servicios, que contará con la validación del Ayuntamiento y que permitirá a todos los quiosqueros adherirse y ofrecer en su establecimiento este nuevo producto o servicio.

La previsión es que en tres meses se puedan hacer efectivos los cambios que requieren autorizaciones y acuerdos entre las partes y en seis meses se puedan hacer las modificaciones del pliegue administrativo. Barcelona cuenta con 322 quioscos, de los cuales 259 están adjudicados y 10 cedidos al Instituto Municipal de Personas con Discapacidad para su explotación vía una cooperativa. Actualmente, hay 53 quioscos vacantes de los cuales se ha previsto la retirada de 31 antes de que acabe el mandato.