Carles García Hermosilla (Tàrrega, 1972), antropólogo y museólogo y durante veinte años director del Museu del Ter de Manlleu, tomó posesión el pasado 1 de diciembre de 2024 del cargo de director del Museu d'Història de Barcelona en sustitución de Joan Roca, jubilado tras diecisiete años al frente de esta institución. Después de unos meses de aclimatación, que le han permitido conocer a fondo la institución que ahora dirige, el pasado 10 de abril transmitió los primeros pasos de esta nueva etapa, entre los cuales la adopción de la denominación de Museu d'Història de Barcelona, dejando de lado el acrónimo MUHBA, y la integración definitiva del Born, que pierde la etiqueta de Centre de Cultura i Memòria.
En este contexto, García Hermosilla recibe a ElNacional.cat en la sede central del Museu d'Història de Barcelona, en el complejo de la Casa Padellàs, la plaza del Rei y el Palau Major, para hablar de los ejes de la nueva etapa que justo ahora empieza a caminar y para destacar aquellos puntos de más interés del conjunto museístico, destacando la subsede del Bon Pastor, anunciando novedades en la Fabra i Coats, en Sant Andreu, y en la Casa de l'Aigua de Trinitat Nova y anunciando que, con respecto al Born, su voluntad es trabajar "desde la estima por el patrimonio y por el espacio, desde el rigor histórico y desde el respeto a su significación", asegurando que "el Born es un lugar de memoria, y no dejará de ser un lugar de memoria".
Con su nombramiento, el Museu d'Història de Barcelona empieza una nueva etapa, de la cual una parte muy visual es el cambio de nombre. Dejan atrás el acrónimo MUHBA para adoptar el nombre de Museu d'Història de Barcelona. ¿Puede explicar por qué este cambio?
En realidad no es un cambio de nombre. MUHBA era el acrónimo de Museu d'Història de Barcelona y el museo sigue llamándose Museu d'Història de Barcelona. Es un cambio de denominación, eso sí. Y el motivo es porque valoramos que el nombre completo del Museu d'Història de Barcelona era más próximo, más comprensible para la ciudadanía. Los acrónimos muchas veces quedan limitados a círculos de conocedores y nosotros, en nuestro proyecto, lo que queremos es poner el acento en la relevancia del museo para el conjunto de la ciudadanía. Por lo tanto, me parecía que el nombre completo, que además incluye una de las marcas más potentes de Europa que es Barcelona, era un buen instrumento. Si a eso le añades que ahora ya hace un año y medio el Born se incorporó al Museu d'Història de Barcelona, nos parecía que en el proceso de integración del Born al MUHBA, cambiar el conjunto era más coherente con la importancia del Born.
Con respecto a su proyecto, ¿podría resumir cuál es su plan director y cuáles serán los grandes ejes de su acción como director del Museu d'Història?
Yo llego a una institución que ya tiene 82 años de historia. De hecho, este año celebramos el cincuentenario de la muerte de quien fue al fundador del Museu d'Història, así como del Arxiu Històric de la Ciutat, Agustí Duran i Sanpere. Por lo tanto, es un equipamiento con muchos años de recorrido, con una dirección que me ha precedido durante diecisiete años y, evidentemente, se tienen que poner en valor todas aquellas cosas que se han hecho bien y que pienso que son muchas, entre ellas, por ejemplo, el rigor, la capacidad de programación de calidad, una capacidad también para tener cuidado del patrimonio, la red de equipamientos o espacios patrimoniales que se ha ido extendiendo por la ciudad y que pienso que convierte este museo en un modelo singular que tenemos que cuidar y mantener. El punto de partida es este. A partir de aquí, ¿cuáles son los elementos en los que yo creo que hay que incidir con más fuerza? Creo que uno de los más importantes es la comunicación y la estrategia digital. Tenemos que hacer un esfuerzo por incorporar este museo mediante la comunicación en el siglo XXI con más fuerza, hacerlo más relevante en estos ámbitos y el cambio de denominación yo creo que es un buen elemento en este sentido. También tenemos mucho interés en impulsar y profundizar en la participación que creo que también ha sido una marca de este museo, pero creemos que se puede profundizar más e incorporar al relato del museo, sobre todo colectivos que tradicionalmente no forman parte de los relatos, de las historias que explicamos desde estos espacios y bueno, estamos en proceso de redacción de este plan director, de hacer una buena diagnosis de la situación hasta la actualidad y esperamos a lo largo de este año poder presentarlo.

¿Me podría poner algún ejemplo de acción concreta que ya se esté preparando dentro de lo que es su nueva gestión?
Yo llego en un momento del museo en el cual, y probablemente es poco conocido, hay muchos proyectos abiertos y de dimensiones importantes. Por ejemplo, tenemos un proyecto con fondo Next Generation en la Fabra i Coats, en la cual se está haciendo el Centre d'Interpretació del Món del Treball, que es un proyecto de dimensiones importantes, 1.700 m² de exposición en la nave F de la Fabra i Coats. Y estamos trabajando en el proyecto museográfico, también con Next Generation, de la Casa de l'Aigua de la Trinitat Nova, en el distrito de Nou Barris, donde inauguraremos seguramente a finales de este año la exposición permanente Barcelona Clima i Ciutat, un proyecto de dimensiones importantes que incorpora la llegada de la colección Gavarró, una colección sobre agua muy importante. Realmente, estamos en un proceso de cierre de proyectos y lo que me toca desarrollar a partir de ahora es como establecemos una nueva programación que se adecue más a las líneas que yo quiero trabajar, que incluya la participación con las entidades y colectivos, que incluya una mirada contemporánea desde la historia, pero buscando proyectos relevantes que también nos hagan reflexionar sobre el presente y sobre el futuro.
En la Casa del Agua de la Trinitat Nova inauguraremos a finales de este año la exposición permanente Barcelona Clima i Ciutat, un proyecto de dimensiones importantes que incorpora la llegada de la colección Gavarró, una colección sobre agua muy importante"
Habla de proyectos participativos y contemporáneos y eso me lleva a pensar en las Cases Barates del Bon Pastor, que se inauguró hace dos años. ¿Cómo está funcionando?
Extraordinariamente bien desde el punto de vista simbólico, desde el punto de vista de representación. Los museos tenemos que hablar mucho de accesibilidad, pero también tenemos que hablar mucho de representación, y las Cases Barates del Bon Pastor son un ejemplo extraordinario de cómo un museo consigue hablar de partes de la ciudad, de territorios de la ciudad y de gente de la ciudad que tradicionalmente han quedado fuera del relato de los museos. En este sentido, las Cases del Bon Pastor son un proyecto extraordinario.
Con respecto a la incorporación del Mercat del Born en el Museu d'Història: el Mercat del Born como espacio expositivo con su yacimiento, nació como memorial con ocasión del Tricentenari de 1714 con unos componentes historiográficos, pero también patrióticos o políticos. ¿Se ha enterrado ese proyecto inicial?
El espacio del Born tiene una dimensión simbólica importante que es propia del patrimonio. Cuando hablamos de las Cases del Bon Pastor también es un acto simbólico del reconocimiento, es evidente, ¿verdad? Lo que pasa es que en este caso mi papel es desplegar los discursos y los proyectos desde la estima por el patrimonio y por el espacio, desde el rigor histórico, haciéndolo con los especialistas, y desde el respeto a la significación que tiene para diferentes colectivos, con diferentes miradas de aquel espacio. Nosotros no podemos ir más allá de estas tres dimensiones, pero las tenemos que tener siempre absolutamente presentes. Yo creo que el Born es un lugar de memoria, y no dejará de ser un lugar de memoria. Como es un lugar de memoria el Palau Major con el Saló del Tinell y tantos otros espacios que tiene el Museu d'Història de Barcelona.
Usted viene de dirigir durante veinte años el Museu del Ter de Manlleu. ¿En qué le servirá esta experiencia en la dirección del Museu d'Història de Barcelona?
El Museu del Ter es un museo de territorio, un museo local que no tiene las dimensiones del Museu d'Història de Barcelona, pero es un espacio desde el que hemos podido desplegar infinidad de proyectos de memoria y de relación con el entorno. Es un museo que se ha articulado muy bien territorial y socialmente, con una mirada sobre su entorno rica y a mí lo que me gustaría es que toda esta experiencia y todo este trabajo desplegado en el Museu del Ter vinculándose siempre a redes de todo tipo: de etnología, ciencia y técnica y ciencias naturales, a mí me gustaría trasladar toda esta experiencia a este contexto nuevo.
Tiene experiencia demostrada en gestión de museos, en cambio, no tiene experiencia en lo que es estrictamente la historia de Barcelona. ¿Cómo puede superar esto?
No diría que sea un desconocedor de la historia de Barcelona, eso para empezar. Es cierto que yo soy antropólogo, licenciado en geografía e historia, especialidad en antropología, pero mi especialización real profesional es la museología. Y en el ámbito de la museología yo tengo mucha experiencia en el contexto de la historia, en el marco académico de la historia. Por lo tanto, para mí no es un problema, es evidente que la erudición es una cosa que también se puede adquirir, pero la experiencia profesional la tengo.

Una característica del Museu d'Història es el modelo que se ha ido desarrollando durante los años con la creación de subsedes. ¿Esta línea de actuación está prevista que continúe? ¿Habrá algún cambio en este sentido?
Ahora mismo no hay ninguna previsión de crecimiento de la red. De hecho, yo acabo de llegar y en este sentido no tenemos ninguna propuesta inmediata. Lo que sí que pienso es que es un buen modelo. Es un buen modelo de partida, yo creo que las administraciones públicas tenemos que encontrar fórmulas de trabajar para hacer sostenible aquello que gestionamos y las economías de escala, las redes, yo creo que son un bueno formado. Es una buena experiencia. Me gustaría intentar profundizar en el modelo de gestión, mejorar la afluencia de visitantes, ampliar o mejorar los horarios, buscar fórmulas de gestión que hagan más relevantes estos espacios y esta red.
En estos momentos hay dos iniciativas ciudadanas que piden más museos que de alguna manera pueden estar relacionadas con la historia. La primera pide un Museu del Transport en Montjuïc, con vehículos de transporte, servicios urbanos, limpieza, etcétera, que de alguna manera es patrimonio histórico. ¿Tiene alguna previsión u opinión sobre este museo?
He oído algún comentario, pero no es un proyecto que tengamos sobre la mesa. Evidentemente, si nos llegan propuestas se deben valorar, se deben estudiar y se tiene que reflexionar también desde una perspectiva de la sostenibilidad. Pero no tengo más información. El tema me parece fascinante, eso sí.
Y otro: la Comunidad Judía de Barcelona pide o propone un museo de la Shoah que tendría que estar en Montjuïc, porque Montjuïc al final quiere decir monte de los judíos. Entiendo que la Shoah no es estrictamente espacio patrimonial de Barcelona, pero sí que es verdad que el Museu d'Història tiene una sede en el Call, específica para la historia de los judíos de Barcelona, donde se explica precisamente el pogromo de 1391, que es un precedente histórico de la misma Shoah. ¿Cómo lo vería usted esto?
No lo he reflexionado lo suficiente, sinceramente me parece un tema complejo y que no se puede decidir inmediatamente. Como has dicho, el Museu d'Història de Barcelona, desde la perspectiva histórica, ha puesto de relieve la dimensión histórica de la relación de la ciudad con la comunidad judía. Pero una propuesta de este tipo en Montjuïc se aleja de los objetivos del Museu d'Història.
El Museu d'Història de Barcelona, desde la perspectiva histórica, ha puesto de relieve la dimensión histórica de la relación de la ciudad con la comunidad judía"
¿Qué tiene que ver, a toda costa, a un visitante puntual del Museu d'Història de Barcelona? ¿Cuál es la joya de la corona?
De los diecisiete espacios, a mí me gustaría que lo vieran todo. Pero es evidente que las dos piezas, desde una perspectiva más canónica, histórica, del museo, son el conjunto de la plaza del Rei con la Casa Padellàs, el subsuelo romano y el Palau Major, que es un elemento que tenemos que poner cada vez más en valor. Y el Born, no hay que decirlo, es la otra joya de la corona, y si tuviera que destacar una tercera, ya hemos hablado antes, las Cases del Bon Pastor. Creo que las Cases del Bon Pastor es un espacio que merece que los barceloneses dediquen un poco de curiosidad y se acerquen a visitar la intervención que ha hecho allí el museo conjuntamente con el distrito y las entidades de vecinos del Bon Pastor.
¿Después de la joya de la corona, viene la delicatessen, qué tiene que ver aquel público ya más especializado, que ya tiene conocimientos de historia, alguien ya con formación concreta?
El Palau Major. Ha sido el gran centro del poder histórico de los condes catalanes de la Corona de Aragón y es el espacio que a mí me gustaría recuperarle su importancia en su conjunto, que ahora lo tenemos muy disgregado por diferentes espacios. Por lo tanto, que vengan a ver aquellos elementos que desde el museo podemos mostrar del Palau Major, que en este caso son sobre todo el Saló del Tinell y la Capella de Santa Àgata.

Hace una semana se descubrió un pecio en las obras del Mercat del Peix, los restos de un barco naufragado los siglos XV o XVI, el Ciutadella I. ¿Qué futuro le espera? ¿Tendremos ocasión de verlo en el Museu d'Història Barcelona al lado del Barceloneta I?
El proceso del patrimonio es lento y complejo. Pero al lado del Barceloneta I ya te puedo decir ahora que no, porque no cabe, es mucho mayor y, por lo tanto, es muy difícil que lo planteemos aquí. Pero no hay ninguna previsión de cuál es el sitio donde puede ir a parar este barco. En todo caso, ahora lo que se hará son los procesos formales que se hacen en cualquier proceso de recuperación de patrimonio. Ya se está excavando desde el Servei d'Arqueologia de Barcelona, que es quien se cuida, y en algún momento seguramente este barco pasará a formar de las colecciones del Museu d'Història de Barcelona y, a partir de aquí se tiene que pensar cuál es su futuro, pero en estos momentos no hay ninguna decisión concreta.