El largo conflicto por la ubicación de una carpa provisional en los Jardins del Baix Guinardó para instalar a los paradistas del Mercat de l'Estrella de Barcelona mientras se derriba el viejo edificio y se construye uno nuevo llegará con toda probabilidad a los tribunales, una vez los opositores al traslado han anunciado recursos de alzada contra el rechazo de las alegaciones presentadas contra el proyecto con la intención de que, si no prosperan, acabar presentando un contencioso contra el Ayuntamiento de Barcelona este mismo mes de febrero. En paralelo, el consistorio avanza en el proceso para llegar a hacer esta carpa provisional que acogerá a los paradistas por un mínimo de tres años.
El viernes pasado, un numeroso grupo de vecinos del barrio del Baix Guinardó (distrito de Horta-Guinardó) respondió al llamamiento de la plataforma Salvem el Parc para hacer visible el rechazo a la instalación de la carpa provisional con una intervención reivindicativa que incluyó el marcado con yeso de toda la superficie que quedará afectada por este mercado provisional. Roser Urgellès, miembro de la plataforma, apunta, en declaraciones a ElNacional.cat que los volúmenes que hay previsto construir tendrán "entre seis y once metros de altura", que supondrán una grave afectación en estos jardines, que son un importante pulmón verde del barrio: "¿Cómo puede ser que el ayuntamiento quiera cargarse un parque cuando estamos en emergencia climática?", se pregunta Urgellès.
Hay que tener en cuenta que los vecinos del barrio han presentado 132 alegaciones en contra del proyecto de traslado provisional y lamentan que el Ayuntamiento de Barcelona y el Institut Municipal de Mercats de Barcelona las haya denegado, y por lo tanto el siguiente paso ha sido la presentación de recursos de alzada, y según cómo evolucionen, desde la plataforma Salvem el Parc ya han anunciado que el siguiente paso será "llevarlo a juicio", en protesta por lo que consideran la "desaparición del lago" que centra los jardines, ya que temen que no se reconstruya cuando acaben las obras que, en todo caso, ya sería hacia finales de década y lamentan la afectación a la biodiversidad que producirá.
Además, Salvem el Parc también considera que la instalación de la carpa provisional y todos los equipamientos necesarios para hacerla funcionar -oficinas, lavabos, cámaras frigoríficas y contenedores de desperdicios-, así como la necesidad de habilitar accesos para los camiones, harán que la afectación real sea muy superior, con un cierre casi de facto de todo el parque, con la supresión de zonas de juego infantil y limitaciones al acceso vecinal más allá de lo que esté restringido al uso del mercado.